El 24 de mayo de 2015, sucedió a la vista de todos, a altas horas de la noche. Aznar ya había calentado el partido, en días previos: Mariano Rajoy no ganaba unas elecciones desde el 20-N-2011. Le tocaba a Esperanza Aguirre, candidata a la Alcaldía, salir con la muleta y no se mordió la lengua. Los barones del PP estaban muy nerviosos y le exigían a Rajoy que entonara el mea culpa. Arreciaban las críticas y a Cifuentes y Aguirre solo les faltó tirarse de los pelos. El resto es Historia. La tregua que se ganó Rajoy el 26 de junio de 2016 ha finalizado.Lo que ha venido sucediendo en Madrid, en el último mes, tiene la letra muy gorda. Ciudadanos, el partido político creado por La Caixa a golpe de talonario, necesitaba buenos pretextos para regresar a su estrategia puritana, pero sin renunciar a venderse como adalid del pragmatismo liberal. Alguien ha fumado en este antro.La pregunta pertinente es la que no se ha formulado: ¿Por qué motivo deseaban sacar a Cristina Cifuentes del tablero en este momento del juego? Cuando se repasa y analiza la trayectoria vital de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, lo primero que salta a la vista es su carácter anodino. Es una pieza menor, uno de esos muchos militantes que intentan ganarse la vida como políticos profesionales, saltando de un cargo a otro. No es un líder político con entidad propia.La buena sintonía entre CS, PSOE y PODEMOS en Madrid queda acreditada por la naturaleza de la filtración que saca a relucir los enjuagues administrativos de la Universidad Rey Juan Carlos. El lucrativo negocio de los master , que se compran y que no sirven para nada, tiene 30 años en España y tiene puesto el sello del PSOE. Por desgracia, no hay ni una sola Universidad española entre las 100 más importantes del mundo.El ataque que llega través del digital que dirige el hijo de Arsenio Escolar, un hombre próximo al PSOE, confunde a Cifuentes y al propio Mariano Rajoy. Parece un ladrido de perros lejano, la pataleta de un profesor valenciano vinculado en su día a la Fundación de La Caixa. ¿A quién le pueden importar las mentirijillas académicas que adornan el curriculum vitae del 99% de los políticos y 95% del común de los mortales? “Ce n’est pas ce qu’on sait qui compte, c’est notoire, c’est la façon don ton le presente pour se faire valor”.El arte del ajedrez consiste en anticipar la respuesta del contrincante. Un gran maestro como Bobby Fischer fue capaz de anticipar, con 13 años, 20 movimientos en una partida legendaria. Los que dan a conocer que Cifuentes pudo comprar su master en la Rey Juan Carlos saben que Cifuentes no va a dimitir y que Mariano Rajoy no puede ceder al chantaje público y notorio de Ciudadanos. Al PSOE y PODEMOS le corresponde atraillar la presa, postulando a Ángel Gabilondo.Lo que parece un movimiento de peones intrascendente, se convierte en una peligrosa celada cuando el propio Rey sale a espantar los moscones. Estaban esperando a que Mariano Rajoy se decidiera a relativizar el pecado académico de Cristina Cifuentes para lanzar su ataque. No pretenden forzar la dimisión de la Presidente de la Comunidad de Madrid ni propiciar un relevo a 12 meses de las elecciones autonómicas: buscan zaherir a Mariano Rajoy humillando públicamente a una de sus lugartenientes más fieles. El golpe es artero y mortal de necesidad. Si no logra cortar la hemorragia y tomar la iniciativa, el PP se habrá desangrado en pocos meses.La mecánica de la jugada queda al descubierto cuando el PNV se apresura, ahora sí, a salvar los Presupuestos Generales del Estado e impedir que el Presidente del Gobierno tenga un buen motivo para anticipar las Elecciones Generales. De repente, las palmaditas en la espalda de Rajoy para que siga adelante son políticamente obscenas. La aplicación del artículo 155, que tanto duelo les causaba, es ahora un asunto menor.El objetivo principal de los nacionalistas y del PSOE es que Rajoy deje aprobados unos Presupuestos Generales de Estado expansivos antes de irse. Las bochornosas imágenes de Cristina Cifuentes en el cuarto de Eroski no dejan lugar a dudas sobre el tipo de coerción que pueden llegar a ejercer los Golpistas cuando llegue el momento oportuno. Buenos pretextos y circunstancias para presentar una moción de censura abundan en un clima de podredumbre política y moral como el que padece España desde hace más de una década.Solo queda una incógnita. Tras el linchamiento político y el asesinato social de Cristina Cifuentes, cabe preguntarse si le quedan fuerza y ganas para vengarse legítimamente de los conspiradores que han destruido su honor. Le bastaría apoyar la Moción de Censura en la Asamblea para devolverle el Tamayazo a Esperanza Aguirre y darle una puerta de salida a un Rajoy acorralado por los perros. Los Golpistas en Barcelona y Madrid serían los primeros damnificados. ¿Se atreverán Cifuentes y Rajoy a acudir puntuales a su cita con la Historia? © Belge