Sin Justicia no hay Comercio. Se acumulan los frentes abiertos en la Unión Europea. El creciente sentimiento euroescéptico de los últimos 5 años ha devenido franca hostilidad países como Polonia, Hungría, Grecia, Italia, España, Francia y Reino Unido. No es preciso haber cursado un Máster de Ciencias Políticas con Cristina Cifuentes para darse cuenta lo que todas esas regiones tienen en común. El factor religioso empieza a ser determinante en Europa. La actitud agresiva y hostil de los protestantes luteranos y calvinistas amenaza con volver a incendiar todo el continente.Desde que forma parte del Proyecto Europeo, y se creó el mecanismo en 2002, España ha dado curso, de forma automática, a las más de 10.000 órdenes de detención y entrega formuladas por los tribunales de los países socios. Ha actuado con lealtad, respeto a los Tratados y no ha entrado nunca a juzgar los hechos enjuiciados. Puede afirmarse con total rigor que la decisión de todos estos tribunales en la UE ha levantado ampollas en la judicatura española y la crítica casi unánime de todos los jueces. No entienden – o no lo quieren entender – a qué están jugando todos esos países aliados de Alemania. El amparo que están dando a golpistas y auténticos delincuentes les resulta inédito y muy preocupante.Con toda la gravedad que reviste que vulgares jueces belgas o alemanes se coloquen por encima del Tribunal Supremo y del Constitucional español, lo más preocupante no es la deslealtad con la que esos países protestantes están alimentando tensiones separatistas en regiones como Cataluña o Escocia. La decisión de la Justicia belga y alemana es una auténtica carga de dinamita en los pilares sobre los que descansa todo el edificio económico de la Unión Monetaria. Si esos protestantes y puritanos intentaran acabar con el Proyecto Europeo, no actuarían de otro modo.Sin Justicia común, no hay Estado de Derecho que proteja los contratos privados que se firmen al amparo de un Tratado Comercial. ¿Quién le puede garantizar a un empresario o particular en España que un inversor alemán o danés que se dé a la fuga con su dinero será detenido en Bélgica o en Finlandia? Desde hoy, nadie.Lejos de ser una anécdota o circunstancia más del entuerto catalán, es una auténtica bomba de relojería. La mayoría de los ciudadanos españoles ignoran que cuando compran un coche alemán a crédito, o contratan un flete con una naviera dañera, esas sumas pasan a engordar la Deuda Pública de España, vía crédito exterior. El complejo mecanismo de compensación TARGET2 se creó para agilizar el comercio entre los distintos Estados Miembros, asumiendo el Banco Central de cada país el papel de avalista o garante de dichos préstamos. De ese modo, cuando un vecino financia la compra de un lujoso y caro coche alemán, ya sea a través de un banco español o una entidad alemana, ese dinero pasa a engordar la Deuda Pública que pagan todos los contribuyentes españoles. Antes de entrar a formar parte de la Unión Monetaria, y activarse el mecanismo de compensación descrito, la Deuda Pública española era 4 veces más pequeña que el ahorro financiero de las familias. La Deuda de las Administraciones, de las Empresas y de las Familias era mucho menor que el dinero líquido que atesoraban los españoles en bancos y cajas de ahorros. Con la entrada en el Euro, y en tan solo 5 años, entre 2003 y 2008, el conjunto de las Deudas multiplicó por 4 el valor del PIB medido ya en euros. España pasó a incrementar su Deuda Global en más de 3 billones de euros.El concepto de Deuda Odiosa y la cuestión de la legitimidad de esa Deuda, acumulada de un modo fraudulento al amparo del mecanismo de compensación, ya lo hemos tratado en otro análisis anterior. La irresponsable actitud de Bélgica y Alemania lo hacen más actual que nunca. © Belge