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¿Cuanto te cuesta el coche?


Hipotecar la casa o hipotecar la vida. Al cumplir los 18 años, toda persona debe elegir entre asumir una carga financiera o condicionar su vida. Son las dos acepciones básicas de un concepto bastante antipático. La mayoría optará por condicionar toda su existencia, creyendo que ha elegido “moverse” por el mundo. El movimiento reduce la ansiedad y provoca adicción: es fácil confundir esa dependencia con una agradable sensación de libertad.

En los muchos años de debate inmobiliario que llevamos en España, el argumentario y las mentiras habituales a las que recurren los detractores de la vivienda en propiedad permite dibujar un mapa preciso de sus obsesiones y fobias políticas. Odian todo lo que huele a libertad y promueven todo lo que ata y condiciona al individuo y le hace sumiso y obediente. Hipotecar la casa es malo, porque te libera de la angustia de pagar el alquiler; hipotecar la vida es bueno, porque te lleva a votar a aquellos que prometen derechos y ayudas asistenciales.

La pregunta pertinente, en materia hipotecaria, es si fue antes el coche automóvil o el tanque. El primer vehículo autopropulsado aparece en los caminos a final del siglo XIX, cuando se prepara en Europa la primera guerra industrial de la Historia. Se abastece de combustible en las farmacias, como cualquier otra droga. El primer tanque de combate, Little Willie, entra en acción en 1915: puro acero blindado. 28 toneladas y 100 caballos de potencia. Las dos ideas evolucionan 100 años en paralelo. La civilización del automóvil es eso: mucho acero, mucha droga, mucha sangre. Alemania, primero, y EEUU, después, crean las condiciones de mercado óptimas para vender mucho acero y mucha droga. La sangre, que no falte. En los últimos 100 años, han fallecido 3 millones de europeos en accidentes de carretera. Por comparar estadísticas: en España el coche ha causado tantos muertos como la guerra civil.

Cuando cumple 18 años, el individuo asume sin conciencia las tres hipotecas de la civilización de automóvil que van a condicionar toda su vida. A la producción de acero y al consumo de droga, dedicará todos los ingresos brutos de su vida laboral. El coste de moverse en coche, de un lado para otro, supera con creces todo el salario bruto que va a ganar entre los 18 y los 68 años. Pero el coste de la tercera hipoteca, la de la sangre, es mucho mayor: le obligará toda su vida a comulgar con ruedas de molino y someterse a los Señores del Acero y de la Droga.

A los 18 años, el ciudadano elige si firma una hipoteca con el Diablo. Es tentadora y conoce el riesgo. Podrá fallecer o quedar herido en esa guerra, y estará movilizado en sus trincheras de 2 a 3 años de su vida, pero cuando se quiere dar cuenta que su parte del botín prometido no le alcanza para la ración que le cobran, es demasiado tarde para la marcha atrás: el Diablo no renegocia los términos de la póliza, la ejecuta sin más.

La fórmula matemática para conocer el coste de un coche, por sencillo que sea el modelo, es conocida y fácil de manejar. Es la misma que se utiliza para establecer la cuota de un préstamo hipotecario.  S=A(1,i^n-1/i).

Paso a paso, sería algo así como: el gasto medio mensual A (de 500 a 600 euros) multiplicado por un coeficiente que resulta de calcular el coste del dinero en función de los intereses que intentan compensar la inflación (pérdida de valor adquisitivo). Si no se tiene en cuenta el coeficiente, el valor del dinero en 30 años es residual. Las nóminas de 30.000 pesetas que se pagaban en 1985 son hoy 180 euros.

Siendo i una tasa equivalente a 0,4% en el mundo occidental, y N un periodo vital de 700 mensualidad, S se sitúa en una horquilla equivalente  500/600 (1,004^700-1/0,004). Esto son entre 1919132 y 2302958 euros de valor dedicado a pagar la “hipoteca” del automóvil.

Traducido a prosa,  esta fórmula nos indica que el coste mínimo de moverse en coche en nuestra civilización será siempre superior a 1 millón de euros,  equivalente  en España  a 45 años de salario medio bruto estándar. El coste medio habitual de un automóvil equivale a un salario medio de 50.000 euros brutos durante 45 años.  Dicho de otro modo, la mayoría ignora que solo trabaja para pagar los costes y gastos del coche, y se descapitaliza en el intento.

El principal corolario de esta Ley o Pauta económica es un tanto extraño: Quien no haya comprado su vivienda a lo largo de su vida útil llegará descapitalizado a la jubilación, al margen de cual haya sido su salario durante 45 años.

Al cumplir los 18 años, el individuo debe eligir si quiere ser un zombi del sistema económico. En la práctica, lo que hacen los jóvenes españoles es posponer la decisión.  A diferencia de otros países y culturas, se quedan a vivir en casa de sus padres. De ese modo siguen siendo libres porque han interiorizado una serie de valores. El problema surge, inevitablemente, cuando se quieren independizar o se “casan” y deben formar su propia familia.

Los partidos políticos de la causa nihilista intentan convencer a la Opinión Pública que es mejor vivir de alquiler que comprar una casa  y se han dedicado los últimos 15 años a destruir el mercado inmobiliario y la Ley Hipotecaria. La última batalla,un esperpento, se ha vivido esta misma semana.  Promueven con ahínco que los bancos no quieran ni puedan dar crédito a los pobres, condenándoles a tener que vivir de alquiler toda su vida.

La hipoteca del coche es impagable en un entorno de Deflación como el que nos ha impuesto Alemania.  La vivienda no permite compensar la descapitalización sufrida a lo largo de la vida laboral: Cae el consumo y se dispara la presión fiscal.  Es el caldo de cultivo ideal para que surjan partidos marxistas que basan su discurso en la frustración social y el odio y que reclamen a los ciudadanos su cuota de sangre.

¿Cuanto te cuesta el coche? (2)

 

COSTES (MM) 18/78 Coste/Ingreso Clase baja Clase media
Coche Persona 2.506.834 273% 357% 214%
Coches Hogar 3.760.251 268% 357% 214%
Tabaco 835.300 89% 119% 71%
Café, Caña 835.300 89% 119% 71%
Alquiler 2.506.834 178% 238% 142%
Hipoteca 462.435 31% 44% 26%
Vivienda propia 924.819 100% 131% 79%
Total hogar 7.937.685 566% 755% 452%
Ingresos brutos 40 años
Personal (tipo) 936.300 702.218 1.170.363
Hogar (tipo) 1.404.450 1.053.327 1.755.545
Vivienda 12.800.000 7,2% 12.800.000 12.800.000
Gasto/ingreso
– vivienda (MM) 7.937/1.404 565% 7937/1.053 7937/1.755
+ vivienda (MM) 6.354/14.204 44,7% 6.354/13.853 6.354/14.555

 

Leyenda:

 

N=720 mensualidades

Vida útil: 40 años

Clase Baja: SMI x 1,5

Clase Media: SMI x 2,5

i=5% anual

Inflación media estructural: 7%

Rendimiento capital: 2%

Hogar: 3 personas, 1,5 salarios

Mensualidad coche: 600 euros mínimo

Mensualidad alquiler: 600 euros mínimo

Mensualidad tabaco: 200 euros

Mensualidad café,etc: 200 euros

Cuota hipoteca: 800 euros

Fórmula capitalización:  S=A(1,i^n-1/i)

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¿Quién es el sujeto pasivo de una hipoteca?


Mientras el Tribunal Supremo decide como salir del atolladero jurídico en el que se ha metido el solo, el debate político se ha abierto paso en la calle, en medio de la confusión y el desconocimiento de los hechos.

Por  “sujeto pasivo” el legislador se refiere  a la persona física o jurídica  a la que la ley obliga a cumplir una serie de obligaciones tributarias, ya sea como responsable último del impuesto o como contribuyente. Es deudor frente  a Hacienda, según la ley, por haber provocado el hecho económico.

En el caso del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) que pagan los clientes al formalizar una hipoteca que han solicitado a su entidad financiera, la ley vigente y la jurisprudencia han venido considerando que el Sujeto Pasivo que se beneficia del hecho económico es el cliente que solicita la hipoteca.  Puro sentido común.

Con la crisis subprime, todas las consecuencias perversas de la creación de la Unión Monetaria han salido a flote y  originado una serie de desequilibrios financieros y jurídicos en cadena. Este último episodio puede provocar la quiebra de todos los bancos y dejar sin ahorros a muchos españoles.

En los últimos 30 años, se han firmado y registrado en España más de 10 millones de hipotecas. Sumados y actualizados los impuestos, con sus correspondientes intereses de demora, la broma asciende a 30.000 millones de euros constantes.

Para determinar a quién corresponde el beneficio del hecho económico, hay que bajar a lo empírico y analizar diferentes casos que se han dado en el mercado español desde el estallido de la crisis subprime y el fuerte incremento de la Prima de Riesgo.

El Caso más sonado, y emblemático, es el que provocó que el Tribunal de Estrasburgo emitiera una sentencia contra las Cláusulas Suelo. Es de suponer, por lo tanto, que dicho enfoque no era especialmente favorable al sistema bancario español.

El resumen  del caso es el siguiente.  Un inmigrante marroquí, que llegó de forma irregular a España, consigue un abultado préstamo de CatalunyaCaixa, la entidad que dirige un político socialista, para comprar una VPO.  Los números de este soldador ocasional son espectaculares:  gana 1300 euros, tiene 3 hijos y está separado.  Firma una hipoteca de 240.000 euros que supone, en el mejor de los casos,  una cuota mínima mensual de 1.000 euros al mes. No paga, y la entidad tarda varios años en ejecutar la hipoteca.

En todos los años que duran el embargo y ejecución del desahucio, al amparo de la póliza hipotecaria que ambos han firmado y por la que Hacienda ha cobrado algo más de 3.000 euros, el sujeto marroquí bien habría podido subarrendar las 4 habitaciones de su VPO a compatriotas suyos,  con un beneficio bruto aproximado de 50.000 euros.

Durante esos mismos años, y la posterior enajenación del piso, esa Caja de ahorros catalanista dirigida por un político socialista tuvo que financiar dicho dinero prestado al 5% mínimo y correr con todos los gastos de gestión y las costas en los distintos tribunales. Suponiendo una pérdida de valor del bien del 30%,  el coste para la entidad no es menor a los 180.000 euros.

La pregunta  no es si un juez determinado puede considerar que el sujeto pasivo que se ha beneficiado del hecho económico sea Catalunya Banc y no el ciudadano marroquí que diversas asociaciones de activistas usaron como ariete contra la Ley Hipotecaria.  Es bastante circunstancial. La pregunta pertinente es si hay base suficiente para revisar la jurisprudencia existente y obligar a modificar la legislación.

El 90% de las hipotecas que formalizaron las cajas de ahorro a partir de febrero de 2007 fueron concedidas a clientes de dudosa solvencia económica. En Madrid, Valencia y Cataluña, la realidad del mercado hipotecario rozaba el esperpento con casos tan sonados como el de los avales cruzados. Miles de hipotecas fueron concedidas sin el menor rigor  a militantes políticos sin oficio ni beneficio.

El beneficio de la Ley Hipotecaria, de la Cláusula Suelo y del sistema de garantías es empíricamente notable.  Se han concedido en España más créditos, más baratos y con menor morosidad que en el resto del mundo. La tasa de desahucios en nuestro país es 10 veces inferior a la de EEUU.

En un sistema financiero y político como el que conocemos desde hace 10 años, los números son fáciles de hacer.  En conjunto, los bancos se han endeudado al 5% fuera de España para poder prestar a poco mas del 1% dentro de España.  La broma les ha costado, de media, 5.000 euros por hipoteca y año. En conjunto, 100.000 millones de euros.

Al atentar contra la Ley Hipotecaria y el Mercado Inmobiliario, lo que consiguen los partidos marxistas y catalanistas es que los pobres, primero, y la clase media, después, dejen de tener acceso al crédito financiero. Están a sueldo del Bundesbank, y como tal ya han conseguido varias quiebras sonadas y acelerar el movimiento de fusiones y concentraciones bancarias en el sistema financiero español.  Si comparamos lo poco que pagábamos en 2007 y las abultadas y escandalosas comisiones que pagamos ahora, acertamos a entender por donde van los tiros.

 

 

El Golpista y la Madame


Los negocios que S. G. S. gestionó durante décadas no serían relevantes si la Moción de Censura del 1 de junio de 2018 contra el gobierno de Mariano Rajoy hubiera respetado la letra y el espíritu de la Constitución. Ese día irrumpía en el Congreso un individuo que, con el pretexto de presentar una Moción Constructiva, usurpó la reglada función del Jefe de la Oposición, dando réplicas sin fin a unos y otros sin exponer ninguna de las medidas de un programa de gobierno al que obligaba la ley.

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El Chalet de Irene Montero y Pablo Iglesias


La hipoteca que ha pedido la pareja Montero-Iglesias para la compra de un chalet en la Sierra de Madrid ha llamado la atención de los medios de comunicación por su cuantía. Como siempre, en estos casos, miran el dedo que señala la luna. El propio Albert Rivera, con un solo sueldo oficial ha firmado dos hipotecas por un importe ligeramente inferior a los 500.000 euros.

Hace ya 3 años, publiqué en Invertia una exclusiva sobre la existencia de hipotecas con tipo negativo, que abonaban intereses a los clientes. La estrategia de la Caixa era, y sigue siendo, la de silenciar esa realidad y desviar la atención sobre el falso problema de las cláusulas suelo. Los demagogos profesionales como Colau, Montero, Iglesias o Monedero se prestaron a ello. No era muy difícil vaticinar lo que iba a ocurrir. El siguiente análisis se publicó en INLUCRO.ORG hace dos años y resulta más actual que nunca.

“Dinamarca se une a Suiza y pagará intereses a los ciudadanos por sus hipotecas.  A pesar de los titulares amarillistas y la desinformación crónica por razones políticas, no es el primer país en hacerlo.  Tal y como publicamos y documentamos en exclusiva en enero de 2015, en España ya se registran numerosos casos de clientes que reciben sumas considerables de intereses por tener una hipoteca.  A las pólizas multidivisas se suman todos los empleados de bancos y cajas con tipos bonificados, según ha podido saber INLUCRO.NEWS, y los numerosos contratos antiguos que se firmaban con referencia al Euribor MENOS 1%.

Solo el intento de asalto al poder por parte de grupúsculos mercenarios y radicales financiados por los lobbies nacionalistas explica el gran silencio mediático entorno a la CUESTION hipotecaria. Miles de españoles de buena fe, y que atravesaban dificultades económicas, han sido engañado con la dación en pago.  Alguien debería explicar ahora por qué motivo es mejor entregar la vivienda al banco que cobrar intereses todos los meses.

En enero de 2015, ya se podían leer en la prensa (El Mundo) las declaraciones envenenadas en la que se pretendía endosar al Banco de España la responsabilidad de no permitir el pago de intereses a los hipotecados.  Sacamos la exclusiva de un cliente hipotecado que cobraba 2800 euros al año para dejar en evidencia el burdo intento de manipular a la Opinión Pública.

Ahora vuelven a la carga e intentan condicionar el debate aprovechando el disparate político y judicial en que los nacionalistas han sumido a España.  Desde la  la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, advierte de que “pagar a alguien por pedir prestado” es una contradicción y habla de una situación que “no es sana, ni sostenible ni razonable”.  Y han empezado a movilizar para la Causa a analistas mercenarios que buscan confundir a la Opinión Pública con afirmaciones falsas. No es necesario Euribor + 0% para que en España se empiecen a registrar casos.

Muchos españoles no van a entender el desenlace de la cruel partida de ajedrez que se está jugando en España en estos momentos. Las apariencias engañan.  Hace escasas fechas el propio gobierno izquierdista de Ecuador alertaba que uno de los líderes regeneradores se había dedicado a tangar a sus conciudadanos “afectados por la hipoteca”.  Es sólo la punta del Iceberg de una monstruosa estafa política, financiera y moral.

Durante 15 años, políticos, periodistas y activistas de la izquierda y del nacionalismo catalán se han dedicado a criminalizar el mercado inmobiliario y la Ley Hipotecaria. La fuerte crisis económica y financiera que ellos mismo provocaron avivó las llamas del descontento social. Disfrazados de Superman y otros muñecos, se han colocado al frente de la manifestación y han querido hacer olvidar dos cosas: la primera, que se oponían con insultos a la política del alquiler social protegido por considerarlo “facha”; la segunda, que en entre 2004 y 2006 exigían a gritos en las calles y en las teles que subieran los tipos de interés. El 5% del Euribor les parecía entonces una vergonzosa subvención encubierta del sector inmobiliario. Ahora callan todos como putas, mientras predican alquiler social en las tertulias y ladran contra la aplicación de cláusulas suelo al 1 y 2%.

Pero eso no es lo peor, ni mucho menos. Los mismos que satanizaron la Deuda hipotecaria de las familias e inflaron la cifra de desahucios con la complicidad de periodistas corruptos,  han silenciado todos estos años que España es el país del mundo que registra el menor número de desahucios hipotecarios y que la tasa de morosidad de las familias es mínima.  Se puede explicar de un modo mucho más gráfico: Si todos esos grupúsculos de activistas financiados por los nacionalistas no hubieran existido en nuestro país,  la situación inmobiliaria en España sería igual o mejor.  Habría dos grupos de españoles hipotecados: unos pagarían un tipo mínimo por su hipoteca y los otros se beneficiarían de tipos negativos.  Y la economía española se habría “ahorrado” la destrucción de 1 millón de puestos de trabajo.

Lo que va a ocurrir ahora, gracias a que esos títeres radicales han forzado el cambio de las reglas del juego y los jueces les han ayudado a dinamitar los cimientos de la sólida Ley Hipotecaria, es sencillamente que la banca española va a conseguir no pagar intereses por los contratos hipotecarios en vigor, amén de vender a Fondos Buitres extranjeros toda su cartera inmobiliaria. Gracias a esas plataformas populistas y esos verdaderos delincuentes políticos que andan pidiendo Reestructuraciones de la Deuda, el botín que se van a llevar esos Fondos en forma de suculentos descuentos, lo pagaremos a pachas los contribuyentes de casi todas las CCAA.

No hay meriendas gratis ni en los mercados ni en la política. Cuando un colectivo de activistas se presenta ante el Tribunal de Estrasburgo para dinamitar la Ley Hipotecaria en España, la gente informada ya tenía las premisas suficientes para deducir que la broma la acabarían pagando los más pobres.  En nombre de la “movilidad” y de la “competitividad”  nos han querido vender la moto del “alquiler”.  Tal vez sea el momento que en alguna tertulia, un periodista se atreva a preguntarles a los nuevos bocazas del populismo una o dos cosas.  La principal es: ¿por qué razón es mejor pagar un alquiler de 400 o 500 euros al mes que cobrar 1000 o 2000 euros al año por disfrutar de una vivienda en propiedad?  La pregunta subsidiaria es, sin duda: ¿Por qué una entidad bancaria a la que los jueces obligan a incumplir el espíritu y la letra de la Ley Hipotecaria deberían respetar solo aquellos apartados que le perjudican y ponen en riesgo la supervivencia del propio negocio financiero? “