Emergencia nacional. La mayoría de las empresas españolas están recibiendo desde el lunes una auténtica catarata de informes internacionales y despachos de urgencia que ha disparado todas las alarmas. España entera votó el pasado 24 de mayo muy por encima de sus posibilidades, y ahora los directivos y empresarios no aciertan a explicarles a sus interlocutores y socios extranjeros lo que va a ocurrir en los próximos meses. Se han quedado sin relato y sin agenda, a rebufo de las circunstancias que depare la actualidad. Y estas no se van a hacer esperar: el gobierno retrasa la privatización parcial de Bankia hasta después de las Elecciones Generales. El propio Paul Krugman remachaba lo obvio en la prensa americana, asustando a los inversores: “el respaldo a Podemos en Madrid y Barcelona es un terremoto para la zona Euro”.
El Presidente del Instituto de Empresa Familiar, Javier Moll, ponía voz ayer a las inquietudes de los miembros del Consejo Empresarial para la Competitividad que agrupa a las grandes empresas que cotizan en el selectivo Ibex 35. Lo que deben hacer PP y PSOE es sentarse a hablar y alcanzar pactos de gobierno en los territorios claves para España. Los principales empresarios del país se resignan a asumir que la opción Ciudadanos se ha quedado por debajo de las expectativas creadas y ya no es una baza tan clara para los próximos meses.
Tras el sonoro bofetón electoral del domingo, se barrunta un conato de pánico en la sede de casi todos los partidos políticos y organizaciones sociales. Mariano Rajoy, le pedía a los suyos más sosiego y reflexión, pero como es lógico se han multiplicado los tradicionales pronunciamientos y el habitual manoteo. La aportación más original y pertinente al debate nacional la ha hecho en esta ocasión, sin duda, Esperanza Aguirre en Madrid, ofreciéndole en bandeja de plata la Alcaldía de Madrid al candidato del Psoe, Antonio Miguel Carmona. Como ocurre en el Ajedrez, el sacrificio de la Dama es la Suerte Suprema que siempre deja Partidas Inmortales. Ni siquiera la pataleta infantil del Secretario General del Psoe, Pedro Sánchez, ha logado eclipsar la impactante belleza del lance.
El pacto negociado entre bambalinas por Zapatero y Pablo Iglesias y que confirmaba un exultante Pedro Sánchez en la pasada noche electoral es un suicidio político programado para el PSOE. Un histórico dirigente socialista como Joaquín Leguina, que apadrina la candidatura del propio Miguel Carmona en Madrid, denunciaba la “ingenua” estrategia de prestarse al letal abrazo del oso populista. El precedente del PSC no deja ninguna duda sobre las verdaderas intenciones de una maniobra política que acaba convirtiendo el histórico partido socialdemócrata español en una organización antisistema y radical con la que dinamitar la Constitución del 78.
(c) Belge. 26 de mayo 2015.
El Presidente del Instituto de Empresa Familiar, Javier Moll, ponía voz ayer a las inquietudes de los miembros del Consejo Empresarial para la Competitividad que agrupa a las grandes empresas que cotizan en el selectivo Ibex 35. Lo que deben hacer PP y PSOE es sentarse a hablar y alcanzar pactos de gobierno en los territorios claves para España. Los principales empresarios del país se resignan a asumir que la opción Ciudadanos se ha quedado por debajo de las expectativas creadas y ya no es una baza tan clara para los próximos meses.
Tras el sonoro bofetón electoral del domingo, se barrunta un conato de pánico en la sede de casi todos los partidos políticos y organizaciones sociales. Mariano Rajoy, le pedía a los suyos más sosiego y reflexión, pero como es lógico se han multiplicado los tradicionales pronunciamientos y el habitual manoteo. La aportación más original y pertinente al debate nacional la ha hecho en esta ocasión, sin duda, Esperanza Aguirre en Madrid, ofreciéndole en bandeja de plata la Alcaldía de Madrid al candidato del Psoe, Antonio Miguel Carmona. Como ocurre en el Ajedrez, el sacrificio de la Dama es la Suerte Suprema que siempre deja Partidas Inmortales. Ni siquiera la pataleta infantil del Secretario General del Psoe, Pedro Sánchez, ha logado eclipsar la impactante belleza del lance.
El pacto negociado entre bambalinas por Zapatero y Pablo Iglesias y que confirmaba un exultante Pedro Sánchez en la pasada noche electoral es un suicidio político programado para el PSOE. Un histórico dirigente socialista como Joaquín Leguina, que apadrina la candidatura del propio Miguel Carmona en Madrid, denunciaba la “ingenua” estrategia de prestarse al letal abrazo del oso populista. El precedente del PSC no deja ninguna duda sobre las verdaderas intenciones de una maniobra política que acaba convirtiendo el histórico partido socialdemócrata español en una organización antisistema y radical con la que dinamitar la Constitución del 78.
(c) Belge. 26 de mayo 2015.