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Una de las cosas que me encantan de este trabajo es que resulta recomendable leer mucho y estar informado; muchos sabéis que, además de analizar gráficos y luchar por ganarme la vida en los mercados, soy historiador y escritor aficionado, por lo que la lectura es un aliciente más que un inconveniente.Hace un par de meses cayó en mis manos un libro intitulado «¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?» de Juan Ignacio Crespo. Un libro bien escrito, de lectura amena, donde argumenta los motivos por los cuales el autor considera muy probable que entremos en recesión el año próximo; el análisis pormenorizado que realiza me ha parecido excelente y sus argumentos totalmente plausibles y recomiendo tenerlos muy en cuenta.No voy a contar todo lo que dice el libro, es mejor leerlo y que cada uno saque sus propias conclusiones, pero sí algunos de los motivos que expone: longevidad de la expansión económica de USA, caída de las materias primas, estancamiento del comercio mundial, subida de tipos, caída de los beneficios empresariales…Más tarde leí un artículo de Eduardo Faus ( artículo E. Faus. ), donde habla sobre las previsiones de desempleo del FMI y la correlación inversa existente entre la tasa de desempleo y el SP500, lo que alerta de un posible cambio de tendencia para el próximo año. Recomiendo que echéis una mirada al gráfico que aparece en su artículo.Por si fuera poco, Steen Jakobsen en una reseña publicada hace poco ( artículo S. Jakobsen) habla sobre el aumento de la inflación y el papel que ha tenido China en contenerla a nivel mundial; lo que considera una señal clásica de fin de ciclo, siendo típico que la inflación se eleve en una recesión. el autor augura que vendrá a partir del segundo trimestre de 2017.Y si la inflación sube, la renta fija ( y su burbuja) va a sufrir…Además, muchos índices están en resistencia, el SP500 sí es cierto que está en máximos pero parece que no tiene fuelle para mucho más. Algunos índices como el SMI 20 de Suiza indican peligro. He señalado las entradas en largo y en corto por un sistema muy sencillo (parte del método Waits). En general ha marcado muy bien los cambios de tendencia y hoy por hoy es bajista.El Euro Stoxx tampoco tiene muy buena pinta mientras siga debajo de la mm200.El Ibex ni lo pongo…El Nikkei da la misma señal que la bolsa suiza…En fin, visto lo visto, hay que ir con cuidado para el año próximo y, al menos, tener en cuenta todos estos indicios para, si podemos, permanecer fuera y minimizar el daño que puede hacernos una caída importante de las bolsas.Este artículo se publicó por primera vez en: http://labolsa.pro/opiniones-sobre-la-bolsa/39-recesion-en-2017
En las hemerotecas y en la nube figuran las muchas críticas que mereció siempre Telefónica por su gestión de un monopolio heredado. Mi primer recuerdo específico, en la década de los noventa, es que tardamos 18 meses de calendario en conseguir una simple línea de abonado en un lugar céntrico de un municipio dinámico y poblado, a escasos km de Madrid. La Historia se repite y justo 10 años después, en pleno siglo XXI, fui el testigo privilegiado de como los valientes empresarios que habían creado la guía QDQ y el diario 20 minutos se gastaban una fortuna en lanzar y consolidar un periódico digital en una provincia que solo contaba con 1500 líneas ADSL.La gestión de Juan Villalonga, con sus luces y sombras, puede calificarse de especulativa. Se le recuerda por tres cosas: ser el otro compañero de pupitre de Aznar, haber suprimido el histórico dividendo de Telefónica para convertirla en una empresa “de crecimiento” y aprovechar el boom de las puntocom para lanzar el pelotazo de Terra. Y como todo el mundo sabe, las tres cosas acabaron mal y en detrimento de los pequeños accionistas. El título llegó a superar los 32 euros y la capitalización, los 100.000 millones de euros.La gestión de César Alierta, tras el colapso bursátil de principio de siglo, ha sido pausada y clásica. Recuperó el dividendo e intentó evitar las aventuras empresariales, en un entorno internacional cada vez más complejo. A su sucesor al frente del Consejo de Administración, le deja una empresa muy endeudada y con un valor en bolsa inferior a los 50.000 millones de euros.Los últimos resultados que se han conocido hoy evidencian el deterioro de la gestión, dicho de un modo aséptico. El esperpento de la desinversión en 02 en el Reino Unido, la caída del negocio en Brasil y el fracaso de la salida a bolsa de Telxius son mucho más preocupantes para el pequeño accionista y para los inversores institucionales que el importe de la Deuda corporativa.Mención aparte merece la siempre conflictiva política de comunicación de Telefónica. En honor a la verdad, hay que reconocerle a César Alierta el esfuerzo por mantener a la Operadora al margen de la contienda y no meterse en ningún charco. Pero con su relevo – por la presión del accionista mayoritario – está volviendo a las andadas.
Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.
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