Desmontando las mentiras de Lo País


Después de un año, el gobierno osa publicar la estadística de personas fallecidas en las Residencias de Ancianos y el periódico El País hacer eco sin rechistar de la manipulación. Es una mentira con la letra tan gorda que la habría detectado un becario con 10 minutos de dedicación. Basta comparar datos y dividir.

CCAA Muertos 

El País
Covid Mortalidad

ancianos
Exceso

MoMo
Residentes
CyL 3987 1093 28923 7911 50.000
CLM 2803 1615 25882 7800 27.000
Cataluña 5418 2095 79542 18664 42.000
Madrid 6187 4709 57856 18582 53.000
Valencia 1951 0 37165 6201 15.000
Andalucía 2085 0 55555 7530 35.000
Extremadura 1074 300 12316 2729 9.000
País Vasco 1183 98 18006 3047 14.000
Subtotal 24680 9910 315245 72464 245.000

 

Saltan a la vista algunas contradicciones. 

CCAA +75 años Mortalidad Exceso

MoMo
Geriatricos El País Covid
CyL 300.000 9,7% 2,7% 16,7% 8%  2%
CLM 200.000 13% 3,9% 13,5% 10%  6%
Cataluña 700.000 11,4% 2,7% 6% 13%  5%
Madrid 600.000 9,7% 3% 9% 12% 9%
Valencia 500.000 7,4% 1,2% 3% 13% 0%
Andalucía 700.000 8% 1% 5% 6% 0%
Extrema 120.000 10% 2,3% 7,5% 11% 3%
Paísvasco 230.000 7,8% 1,3% 5,6% 8,5% 0,7%
Subtotal 3350000 9,4% 2,18% 7,3% 10% 4%

 

Conclusión: Según el altavoz mediático del gobierno bicéfalo, en un año ha fallecido por COVID menos del 4% de los ancianos que residían en geriátricos. Son, en proporción, menos de la mitad que los ancianos que han fallecido fuera de las residencias. Sería un dato asombroso si no se diera de bruces con lo que revela el Servicio de Vigilancia de la Mortalidad Diaria del Instituto Carlos III. Así, el incremento general de la mortalidad en la población mayor de 80 años superaría el 35% en toda España, excepto en las residencias de ancianos donde casi no habría variado. Teniendo en cuenta que se trata de una población enferma, debe ser lo más parecido a un milagro. Y si fuera cierto, nos obligaría a cambiar todo el enfoque de la crisis sanitaria. 

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¿Es posible construir un modelo predictivo de la mortalidad?


Hay un debate en ciernes, que intenta abrirse paso en Internet, a medida que los usuarios se van haciendo cargo de algunos conceptos importantes. Tal es el caso de la diferencia entre muerte real y muerte observada. En teoría, es algo intuitivo. Todo el mundo cree saber lo que es un muerto real. Pero si preguntamos, surgen las dudas: ¿En qué categoría debemos clasificar los desaparecidos, los muertos sin identificar? ¿Alguien que sigue cobrando su pensión después de fallecer, está vivo o está muerto? Por otra parte: ¿Tiene algún interés científico conocer el número de muertes “reales” si lo que intentamos conocer es qué desviación resulta significativa? Para saber si ganamos o perdemos peso con la dieta, sirve cualquier báscula.

Desde el estallido de la Crisis Subprime, hace 14 años, el incremento de la tasa de mortalidad ha sido muy acusado en algunos países e insignificante en otros. Un dato impactante: En la UE y EEUU, han muerto en 2020 2 millones de personas más que hace 10 años. 3/1000. ¿Simple envejecimiento de la población? En la primera ola, los países occidentales con mayor tasa de mortalidad no sufrieron el impacto de la epidemia.

En 1980, la tasa de mortalidad a penas superaba los 7/1000 en España. Es hasta cierto punto lógico, teniendo en cuenta que solo había 5 millones de pensionistas de un total de 37,5 millones de españoles. Por alta que fuera la tasa de mortalidad específica en la franja de los mayores de 65 años, su peso demográfico era reducido. Pero desde entonces, cada año se ha incrementado la población de ancianos en 100.000 unidades y este excedente no ha sido compensado por una mayor natalidad. Al contrario: han dejado de nacer 9 millones de españoles.

Hace justo 20 años, antes del EURO y de la inmigración africana, las tasas de mortalidad específicas para menores y mayores de 65 años eran de 1,2/1000 y 42/1000. La suma daba una Tasa Oficial de 7,7/1000.

En 2020, la tasa de mortalidad oficial superó los 10,65/1000. Con los datos del MoMo, en la franja de 0 a 65 años, fallecieron 62.000 personas, y más de 400.000 entre los 9 millones de pensionistas mayores de 65 años. Lo que nos da una ecuación fácil de enunciar: la Tasa de Defunción Oficial es necesariamente una suma de tasas de mortalidad específicas. Si se mantienen las tasas específicas, su incremento puede predecir el grado de envejecimiento de la población.

Pero: ¿Cómo medir con precisión la Tasa Específica si el gobierno ha ordenado manipular las estadísticas y ocultar las muertes de ancianos en residencias? ¡Midiendo las variaciones! Da igual si la báscula mide en kilos o en libras: Desde el 1 de enero de 2018, ha fallecido el 5% de toda la población mayor de 65 años. Es un incremento del 20,6% que, anualizado, suma 80.000 defunciones más.

Como suele ocurrir, el bosque nos impide ver el árbol. Desde enero de 2005, la población de pensionistas en España ha crecido un 23%. En teoría, en los próximos 10 años, debería crecer otro 10% más. En lugar de eso, misterioso SARS COV 2 mediante, podría quedar bastante contenida. Los que ahora tienen entre 45 y 55 años representan el 13% de la pirámide demográfica. Son cerca de 6 millones de personas que cumplirán 65 años, a razón de 600.000 pensionistas nuevos cada año. Con la tasa de mortalidad específica anterior a la pandemia, es un saldo neto anual de 200.000 altas en la Seguridad Social que eleva a 11 millones la población mayor de 65 años en 2036.

Nos enfrentamos a un curioso dilema, porque las dos lógicas declaradas se contraponen y anulan. Desde hace medio siglo, es vox populi que a los puritanos les preocupa que la sobrepoblación de pensionistas quiebre las cuentas de la Seguridad Social y los balances de las aseguradoras privadas. Pero de repente, vemos que todos los que alertaban contra el Riesgo de Longevidad Excesiva se han convertido en propagandistas de la vacunación universal. ¡Estos nuevos conversos han visto la luz! Ahora predican que hay que vacunar a los mayores de 80 años para que lleguen a los 100!

 

Tasas de mortalidad específicas anteriores a 2020*

Edad Mortalidad Población Tasa específica
00 – 64 53000 37650000 0,0014
65 – 74 53000 4575000 0,0116
75 – 99 280000 4465000 0,0627
65 – 99 333000 9040000 0,0369
00 – 99 386000 46690000 0,0083

Tasas de mortalidad específicas registradas en 2020**

Edad Mortalidad Población Tasa específica
00 – 64 65000 37650000 0,0017
65 – 74 66000 4575000 0,0144
75 – 99 355000 4465000 0,0795
65 – 99 421000 9040000 0,0466
00 – 99 486000 46690000 0,0104

Fuente: ISCIII. 

*MoMo del 13 de abril de 2020

*MoMo del 10 de noviembre de 2020 y del 8 de febrero de 2021

© Belge

La Revolución Puritana (33): Comprometidos con el brote


En la jerga del poker, existe una expresión que resume la Teoría del Juego y condensa su estrategia. Comprometido con el bote significa que la probabilidad de beneficio es igual o superior a la apuesta que se arriesga por el derecho a ver la siguiente carta. Si la opción de ganar es alta, la probabilidad compromete la mano a priori. El drama, que se perpetúa una mano tras otra, es que solo puede ganar uno porque hasta la última carta el suceso menos probable siempre es posible.

En la gestión de esta crisis mundial que llaman pandemia, es la Canciller Ángela Merkel la que acaba de enseñar la patita. Fue la primera en poner fichas sobre el tapete para subir las apuestas. Se inventó que la menor mortalidad por COVID en Alemania se debía a la detección precoz, pero el tiempo deja en evidencia lo que el farol ocultaba. Desde octubre de 2019, ha comprometido a sus socios con informes falsos y ha determinado sus estrategias sanitarias. Lo que era una simple gripe cuando desabastece el mercado, deviene el fin del mundo cuando quiere cerrar las fronteras de la UE y aprobar leyes de excepción. El mismo BCE, al que el Bundesbank prohibía ayudar a los Estados Soberanos y rescatar los bancos damnificados por el Euro, ahora tiene carta blanca para salvar sus Fondos de Inversión.

No falta quien aplauda a Alemania por impulsar la creación de un pasaporte “vacunal” que dinamita el Espacio Schengen. Sería una circunstancia sanitaria, si no fuera un farol que viene premeditando desde hace más de 20 años. No le gusta que los pueblos del Sur puedan circular libremente por Europa, nunca le ha gustado esa idea. La canciller Ángela Merkel ha demostrado a lo largo de toda su carrera política tener un sexto sentido para detectar la debilidad de los rivales y abusar de los jugadores asustados.

Los ilusos comprometidos con el brote piensan que pueden negociar un lugar de privilegio en la nueva sociedad de castas. Les domina el miedo a perder y prefieren el ronroneo de la tele. Todo va a salir bien. Pero para recordar tan obsceno espectáculo y patética cobardía, hay que remontarse a octubre de 1938. Chamberlain y Daladier regresaban de Munich. Fueron vitoreados por la multitud y recibidos como ídolos de masas. Habían salvado la paz, ya podían todos volver a sus felices negocios, a su vida normal. Edouard Daladier les saludó y murmuró por lo bajo: “Ah! Les cons”

© Belge

La Revolución Puritana (32): Los Hiperbóreos


En el ajuste de cuentas con los pueblos decadentes del Sur, Nietzsche se presenta como miembro de una raza imaginaria: “Nosotros somos Hyperbóreos”. Los filósofos marxistas y puritanos, que siempre andan disculpándose, deberían empezar a leer los libros por su primera frase. Es algo muy saludable que ya recomendaba Roland Barthes. El incipit suele ser a menudo la parte más importante de cualquier texto. El filósofo germano no se define a sí mismo como individuo, sino como parte de un todo puro y preservado. Tiene su gracia cuando dedica las siguientes páginas a argumentar cómo el idealismo cristiano ha decaído los pueblos semitas del Mediterráneo hasta corromperlos.

El proceso de Civilización de San Agustín se opone a la preservación de la Naturaleza Verdadera de Nietzche. Pero, a diferencia de San Agustín de Hipona, que gozaba de una envidiable salud, el bueno de Federico era un enfermo que se pasó su corta vida idealizando la vitalidad. El filósofo luterano no era el mejor exponente de la preservada raza de los hiperbóreos. Como le pasó a otros escritores encumbrados del periodo romántico, el trastorno mental crónico que padecían se interpretó como la genuina manifestación del Volksgeist y del Volksgemeinschaft hiperbóreo.

No deben caer en saco roto estas consideraciones, por la sobredosis de pelis y series de televisión que hemos visto y nos adoctrinan. El puritanismo es una patología social que aflora en tiempos de crisis. Buena parte de los iluminados anglosajones que integran los principales lobbies políticos y económicos han sido destetados con esas ideas. Es un juego de niños rastrear todos esos pronunciamientos, como perseguir a unos caracoles por el rastro de baba que van dejando por los medios de comunicación.

Desde el 11-S, cualquier persona relevante en el Imperio Puritano de la Triple A siente la necesidad de significarse. Aunque han aprendido a disimular su ideología supremacista, las circunstancias extraordinarias les impelen. Es lógico. Tienen que mantener su posición en el rebaño, especialmente cuando el miedo lo echa a correr. En la Gran Enciclopedia Universal de la Conspiración, hay páginas enteras con sus declaraciones y proclamas a favor de corriente.

Muchas de las cosas escandalosas que escribió Nietzche en sus libros serían hoy censuradas directamente por Google, Twitter o Facebook. Cualquier persona puede probar a disfrazarse de alemán para interpretar esas ideas y medir el tiempo que tarda la norteamericana Youtube en borrar el vídeo de su plataforma. Pero a los adolescentes occidentales les siguen enseñando que el Hiperbóreo es ese gran pensador que desmontó la “farsa judeocristiana”. Lo que nos lleva a formular una pregunta: ¿Son los marxistas españoles hiperbóreos o solo sobreventilan?

© Belge

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.