¿Deben subir los tipos de interés para frenar el coronavirus?


El mapamundi del contagio es elocuente. Nos habla. Nos cuenta las cosas. Pakistán, Nepal, India, Tailandia,Camboya,Vietnam e,Indonesia, los vecinos pobres que rodean a China, suman más de 2.000 millones de habitantes. Se han diagnosticado 75 casos. A pesar de un clima húmedo propicio y un sistema sanitario deficiente, el coronavirus no se ha propagado. Tampoco lo ha hecho en Rusia, en África ni en América Latina. Por alguna razón extraña, se ha cebado con Corea, Japón y los países europeos del Imperio de la Triple A. En un par de semanas, se habrán contagiado en la UE una de cada 40.000 personas.

Todo parece indicar que existe una cierta correlación entre las importaciones chinas y la transmisión del virus SARS – COV- 2. A mayor dependencia comercial, mayor número de contagios. Los países con vuelos directos a Wuhan han sido los primeros en contagiarse. ¿Es un virus que entiende de economía y finanzas? La decisión de la FED de rebajar por sorpresa los tipos de interés en EEUU apunta en esa dirección, aunque resulta contraproducente. Si se trata de frenar el tráfico internacional de mercancías, lo correcto habría sido subir los tipos de interés. Pero el HECHO cierto es que la Reserva Federal de Jerome Powell los bajó medio punto, de una tacada.

En los días previos, el dólar se había revalorizado con inusitada fuerza frente al Euro. En un ejercicio crucial para su reelección, Donald Trump interpreta que la debilidad de la divisa europea no es puntual y pone en grave riesgo la competitividad de las empresas americanas. La recesión en la UE, por el cantado desplome de las exportaciones alemanas y la paralización industrial en Francia, Italia y España, hace casi inevitable una nueva crisis monetaria en la Eurozona. Lo más probable, desde ya, es que el florero Lagarde que han colocado en la presidencia del BCE quiera emular a la FED y precipite el caos en los mercados

La mayoría de los periodistas y analistas no saben lo que está pasando. Aguardan con cara de poker a que les digan qué deben pensar y escribir. Están en la misma situación que en 2007 y 2008. Se tientan la ropa porque van de expertos financieros y no quieren dejar patente que sólo se dedican al copy and paste. Para no manifestar su ignorancia, silencian todos los acontecimientos económicos y datos relevantes

Son ya muchas las fábricas en Francia, España e Italia que están parando porque no reciben a tiempo las piezas y los materiales que necesitan para su actividad. El coronavirus pone en jaque el Just In Time, con lo que se está contagiando la crisis al sector del transporte por carretera. No hace falta ser un genio de las finanzas ni de la macroeconomía para vaticinar que una fuerte subida de los precios por desabastecimiento va a precipitar una devaluación del Euro. Y entonces: ¿Qué sentido tiene inundar de liquidez un mercado anegado?

Alemania ha metido a los PIGS en una trampa de liquidez. Para sostener al Euro de un modo artificial, les ha impuesto una Deflación de manual que ahora vuelve como un boomerang. ¿Vamos a seguir importando tomates de Marruecos y naranjas de Sudáfrica sin ningún control fitosanitario para que Alemania exportar sus coches y Dinamarca viaje contenedores? Salta a la vista que, al igual que en 2008, se van a desplomar nuestras exportaciones y a hundir los ingresos del Estado. Con un gobierno desnortado como el que nos ha impuesto la canciller Ángela Merkel, es inevitable que el Déficit Comercial se incremente y dispare el Déficit Público de las administraciones. Entre los 100.000 millones de euros en 2020, si la situación se desmadra, y los 150.000 millones de euros, si la crisis china impacta de lleno en la Industria del Turismo este verano.

La FED y el BCE deberían subir los tipos de interés con urgencia para prevenir el riesgo real de hiperinflación en que suelen acabar todos los episodios de deflación.Es la destrucción del mercado por desconfianza. Imprimir más billetes, falsificar aún más la moneda, no va a contribuir a restablecer la confianza necesaria. Al revés: es un suicidio monetario. La deflación es, por definición, “descrédito”. Ahondar en los tipos negativos, para alimentar la espiral proteccionista de las grandes economías, no va a restablecer el flujo comercial, pero sí incrementar el número de contagios.

No tenemos datos ni evidencias suficientes, por ahora, para poder analizar un fenómeno económico que se antoja equivalente al 11-S. Por indudables que sean ya algunas consecuencias, la hipótesis de una acción premeditada y coordinada no debe cegarnos: nos arrastraría fuera del foco y nos haría perder la perspectiva.

© Belge

Año 1. Día 12. El cordón sanitario


Y llegó la censura, puntual a la cita. Los políticos y activistas que se dejaban la voz gritando contra el gobierno de Rajoy por un caso de Ebola en Madrid, silencian el contagio masivo del Coronavirus en España. Los mercenarios que entonces jugaban a alarmar a la población de un modo insensato hoy se niegan a explicar las estúpidas decisiones que toman y la información intoxicada que filtran a los periódicos.

Hans Rosling escribió un libro antes de morir para confesar el pecado que le atormentaba. Al final de su best seller póstumo, que han leído todos los directivos del mundo sin entenderlo, el médico sueco cuenta cómo su decisión de cortar una carretera le costó la vida a decenas de mujeres y niños en un pueblo de África. Para colmo de desgracia, el supuesto contagio que motivó tan drástica medida, resultó ser una simple intoxicación alimentaria.

Calvinistas, luteranos y demás marxistas que nos toca padecer por ser contemporáneos, acostumbran a matar las moscas a cañonazos. No se les pone nada por delante, no cometen errores: Son pueblo elegido. Si algo falla y sus estrategias provocan el caos, enseguida buscan a quién culpar. Será por sospechosos habituales. Nunca faltan candidatos en ese casting, ni quien redacte el escrito de acusación. Un chino se come un animalito salvaje en Wuhan y desata una pandemia mundial. Dicho así el guión de la peli parece poca cosa, pero el público no da más de sí.

A esta hora, son ya más de 100 los pacientes que han sido infectados, desde que se diera a conocer el primer caso en Tenerife. La única medida del gobierno ha sido acusar a los médicos de quedarse las mascarillas protectoras. La Opinión Pública ya sabe que si faltan mascarillas en España es porque las han robado para revenderlas por Amazon por 1.000 euros. El médico tiene todas las papeletas para llevarse el Goya al malvado del año.

Los políticos del Partido Nacional Socialista Obrero Español que llevan año montando cuarentenas y cordones sanitarios para proteger a los españoles del contagio ideológico, ahora no dan la cara. No dicen nada. Han puesto a un tal Fernando Simón por medio, disfrazado de experto portavoz, para que nos les relacionen con la emergencia económica y sanitaria que se les viene encima. Si no eres chino y no comes serpientes, que no hay que preocuparse, que de algo hay que morir, que primero la palman los más viejos y los que están enfermos Al pairo, esperando que les diga Ángela Merkel que deben hacer para proteger los intereses de Alemania. Lo más probable es que sus próximos mítines electorales los tengan que hacer en petit comité.

P.D. El número de contagiados se multiplica por 2 cada 3 días. Es 1% de contagio por hora.

© Belge

Atlético de Madrid – Sevilla


El que apuntaba a duelo de aspirantes al título, se ha quedado en encuentro de eternos segundones. Al Atlético de Simeone se le ha pasado el arroz, y el Sevilla ha demostrado que Julen Lopetegui no era….entrenador para el Madrid. Le ha pasado como a Quique Setien en el Barcelona: ha hecho buenos a todos los entrenadores que han pasado por el banquillo antes que el, y protagonizaron rachas de gran fútbol. El sistema de juego de Lopetegui aburre a las ovejas. Empate a cero.
Sigue leyendo Atlético de Madrid – Sevilla

Nunca formaría parte de un club que me admitiera como socio. Pero toda regla tiene su excepción.