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¿Qué va a pasar con las elecciones europeas en el Reino Unido?


Saltar del coche o saltar con el coche. Todo farol o envite fallido conduce al inevitable momento en que el jugador debe decidir si prefiere suicidarse o hacer el ridículo y seguir sentado a la mesa. Londres no quiere enseñar sus cartas. El gobierno británico no ha querido frenar a tiempo y ahora se enfrenta a ese escenario extraño y complejo que fuimos los únicos en predecir en la primavera de 2016.

Hacer un pequeño resumen cronológico de lo que ha ocurrido en Europa en el último lustro nos ayuda a entender lo que le debe estar pasando por la cabeza a la Premier Theresa May. Firme partidaria de quedarse en Europa, es plenamente consciente que repetir la consulta sobre el BREXIT le abriría de par en par las puertas de Downing Street a los laboristas y dejaría a la sociedad británica completamente fracturada. No es posible saltar del coche en marcha, y el Parlamento acaba de dejar claro que tampoco es una opción viable saltar al precipicio gritando “God Save The Queen”.

George Soros fue el primero, allá por el año 2010, en mencionar las dichosas cláusulas del Tratado de Dublín que dejan fuera del Espacio Schengen a los demandantes de asilo político. Nunca da puntada sin hilo. Cada vez que el magnate americano hace una declaración pública, un peón se está moviendo en el tablero. En este caso, iban a anticipar las principales consecuencias de la inminente Primavera en todos los países del Mediterráneo. La estrategia tiene demasiado alcance, y trae demasiado pasado, como para ser circunstancial.

La tentación proteccionista de los países de la Triple A les conduce a abrir el debate sobre la libre circulación de las personas y el control de las fronteras. A finales de 2015, casi todos los países del Norte que participan del Espacio Schengen han reintroducido medidas de control en sus fronteras, con el pretexto de la llegada de los refugiados sirios. El Reino Unido, que no pertenece como tal al Espacio Schengen, tira por elevación y plantea abiertamente una posible consulta para sacar al Reino Unido de la UE.

A todo esto, los faroles los carga el diablo; la victoria de la corriente más proteccionista en la política americana viene a reforzar con Trump la posición de los partidarios de un BREXIT real, que hasta ahora nadie había contemplado, ni en Londres ni en Berlín. La Solución Noruega o Suiza que planteaba Ángela Merkel, y que debía implementar Theresa May, no suponía para los ingleses ninguna diferencia real. Ni todas las falsedades y exageraciones que se vertieron en los medios de comunicación sobre lo que iba a suponer la deserción del Reino Unido habrían cambiado ni un solo hábito comunitario a ambos lados del Canal de La Mancha.

¿Como se va a resolver este pulso? Descarta lo imposible, y lo que queda, por sorprendente que parezca, será la solución. Todo apunta a que vamos a asistir, en breve, a un ejercicio de filibusterismo sin precedente en la Historia de la UE. Una de las trampas más notorias en el Póker se da cuando la mano ganadora tira sus cartas boca abajo, renunciando a llevarse el bote. Salvo en el improbable caso en que se denuncie y pruebe que ha existido colusión entre los jugadores, los tramposos seguirán sentados en la mesa, tan ufanos.

En el caso del BREXIT, ya se me ha adelantado algún portavoz oficioso de Alemania, sugiriendo que la aprobación de la Solución Noruega/Suiza podría posponerse hasta 2020. Eso implicaría, necesariamente, que el Reino Unido concurra a las Elecciones Europeas del 26 de Mayo, con unos partidarios y detractores dispuestos a organizar una campaña plebiscitaria amañada a favor y en contra de Europa. Huelga decir que perderán, por goleada, los partidarios del BREXIT suave, legitimando de ese modo una repetición oficial del referendum.

© Belge

¿Qué mapa político va a salir de las próximas Elecciones Generales?


VOX se ha convertido, por méritos propios, en el protagonista de la vida política en España. Los encuestadores, a sueldo de los medios del lobby catalán y de los partidos políticos, han pasado de ningunear sus opciones a proyectar las expectativas despertadas en las recientes elecciones andaluzas. Vuelven a hacer trampas, en un intento infantil y transparente por movilizar el voto de izquierdas.

El método de análisis que hemos usado en INLUCRO.ORG, y explicado en varias ocasiones, nos ha permitido acertar con relativa precisión el resultado de las últimas elecciones en España desde mayo de 2015. A tenor de lo mucho que han errado las empresas que cobran dinero por emitir pronósticos fallidos, no debe ser poca cosa. Si no fuera por Cataluña, que tiene más diputados que peso demográfico y territorial, la contabilidad electoral sería casi una ciencia exacta.

En la última cita con las urnas, que tuvo lugar el 26 de junio de 2016, el PP ganó las elecciones con 7.906.185 votos y el PSOE tuvo que contentarse con 5.424.709 papeletas. Les siguen Podemos y Ciudadanos con algo más de 5 y 3 millones de votos. Los nacionalistas suman 1,6 millones de votos y el resto de fuerzas en liza, entre las que destacan las opciones ecologistas, se reparte 700.000 votos. La abstención y el voto en blanco rondan los 11 millones de votos.

Lo que va a ocurrir en las próximas elecciones generales, cuando dignen convocarlas, es tan evidente como inevitable. VOX le quita un millón de votos a Pablo Casado, casi tantos como los que le restan, por este orden, la abstención y Ciudadanos. El PP con 6 millones de votos obtendrá 42/45 diputados estructurales y 48/52 diputados proporcionales. La horquilla se abre entre 90 y 97 diputados, dependiendo de cómo consiga movilizar el voto útil el jóven líder del PP.

El resultado de VOX va a depender, fundamentalmente, de cómo consiga Santiago Abascal capitalizar en Barcelona la defensa del orden jurídico y constitucional. No es descabellado pensar que pueda superar los 400.000 votos en esa provincia y consiga robarles 4 o 5 diputados a CS y al PSC. Sumados a los 3 escaños que logre por Cádiz, Málaga y Almería, a 4 o 5 diputados en Madrid y a 2 diputados en la Comunidad Valenciana, juntaría un grupo de 13 a 15 parlamentarios en el Congreso.

Como es obvio, la suma de PP y VOX obtiene, en el mejor de los casos, 112 actas de diputado. Son muchas menos que las 137 que logró en junio de 2016. Es un punto determinante del análisis político, ya que la posición de las piezas en el tablero nos retrotrae al escenario de diciembre de 2015.

El lobby catalán, que creó a Ciudadanos y lanzó al joven Albert Rivera para dividir el voto del Centro Derecha y auxiliar a un derrumbado y desacreditado PSOE, vuelve a alcanzar sus objetivos. Con 4 millones de votos, despistados arriba o abajo, Albert Rivera encabeza un grupo parlamentario conformado por 28/30 diputados estructurales y 32/34 diputados proporcionales. Entre 60 y 64 escaños que no son suficientes para garantizar una mayoría alternativa junto con el PP y VOX.

Del lado del frente de la izquierda batasunizada, las incógnitas que hay que despejar son menores. Dando por hecho que PACMA consigua un par de diputados en Barcelona y Madrid, el bloque que apoyó la Moción de Censura del 1 de junio seguiría teniendo al menos 176 diputados en el Congreso. El PNV y BILDU seguirán con 7 escaños, mientras que nacionalistas canarios y gallegos lograrán sumar 2 diputados. La verdadera pregunta es: ¿cuántos diputados puede capitalizar ERC una vez que se disipe el sueño del voto útil a Podemos?

Sospechamos que la delirante Vía Eslovena de Pujol, Mas, Puigdemont y Torra le va a costar muchas adhesiones entre sus parroquianos. La gran baza secreta de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, que explica la estrategia aparente en Cataluña, pasa por favorecer un trasvase significativo de votos catalanistas a ERC. Alcanzando el millón de votos, el partido de Junqueras superaría los 16 escaños.

Si la abstención se ceba con las huestes de izquierdas, y otra parte de votantes centristas del PSOE se pasa a las filas de Ciudadanos, no llegan a 9 millones las papeletas válidas a favor del PSOE y de Podemos. Con todo lo que implica a la hora de analizar el reparto de fuerzas.  Teniendo en cuenta todos los parámetros electorales anteriores, lo más probable es que se de una relación de tipo 5/5,5 a 4/3,5 que verifique la ecuación.

El resultado de la ecuación quedaría del siguiente modo:

Fuerza Política Votos Diputados
Partido Popular 6.000.000 90/97
Partido Socialista 5.200.000 85/90
Ciudadanos 4.000.000 60/64
Podemos 3.800.000 44/48
VOX 1.800.000 13/15
ERC 1.100.000 16/18
PACMA 500.000 2/3
JXC 400.000 7/8
PNV 300.000 6
ETA 200.000 2
CC/BNG 200.000 2
Abstención/etc 11.000.000 0

La hipótesis de un super domingo electoral en Mayo

A modo de conclusión de este pequeño análisis, voy a mencionar un escenario extremo, que encierra tanta nitroglicerina en su interior como para provocar una deflagración institucional considerable. En el supuesto que el PSOE incurriera en el error garrafal de convocar todas las elecciones el mismo día, yo sería sin duda una de los analistas que abogaría más activamente a favor de la abstención. Sería tal el menosprecio a la ciudadanía, después de todo lo que ha llovido, que consideraría incluso justificado el voto contra el sistema.

En cada cita electoral se ventila un debate específico. Buscar el voto por arrastre y propiciar el reflejo más sectario en el cuerpo social nunca está justificado, pero mucho menos cuando los políticos han ocupado La Moncloa de un modo irregular y probablemente ilegítimo. Privar a los vecinos de su derecho a elegir el mejor Alcalde, hurtar a los españoles de segunda fila la posibilidad de juzgar la gestión realizada en sus regiones, e impedir a los europeos que puedan manifestar su profundo desagrado por la deriva del Proyecto Europeo, es un delito de Alta Traición contra la Democracia.

 

En un supuesto como ese, la abstención alcanzaría niveles nunca registrados en España. Serían aguas revueltas. El partido más beneficiado sería VOX, alcanzando entre un 15 y 20% de los votos, por lo que en el PSOE existe la tentación de intentar perjudicar al PP y hacer imposible la formación de gobierno en España. Pero es un cálculo tan inmoral como arriesgado. El PP no perdería nunca tantos votos como el propio Psoe, pero convertiría la atribución de escaños estructurales en los feudos respectivos en una verdadera lotería.

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Dios sigue siendo español (II)


…y sigue escribiendo la Historia de España con renglones torcidos. Recordábamos hace unos meses las famosas palabras del Almirante Hohenlohe-Neuenstein tras presenciar el prodigio de Empel y la audacia sin límite de un puñado de valientes castellanos. No es extraño: Dios siempre juega con blancas.  Desde la controversia entre San Agustín y el monje Pelagio, Dios y Satán disputan una tensa partida de ajedrez. Cuando parece que va a caer la posición, y los nihilistas cantan victoria, brilla la luz y surge la magia en el tablero.

Las elecciones andaluzas presentaban tantas aristas de peligroso filo como un cristal hecho añicos de una pedrada. Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y el lobby catalanista, que siempre esconde la mano, habían resuelto un modo sencillo de acular al Partido Popular de Pablo Casado y retalar la clásica retórica del frente popular. Se reían del famélico can del cuento, a la manera de las hienas en manada, pensando que mataban dos pájaros de un tiro. No es casualidad que desde Barcelona los periodistas más significados hablaran tanto de sorpassos.

La jugada era redonda. Fácil de ejecutar y de contar. Pedro Sánchez se hacía con el control de la Federación Socialista andaluza, con la ayuda de las mercenarias huestes de Podemos, y dejaban al PP a merced de Albert Rivera de cara a las Municipales y Europeas. ¿Que podía salir mal en ese Plan, si contaban con el beneplácito de la Prensa española, y Pablo Casado perdería tantos votos por su derecha a favor de VOX como por su izquierda en beneficio de Ciudadanos?

A estos genios cebados de butifarra por cuenta de la casa, les ha pasado lo mismo que al Almirante Hohenlohe-Neuenstein. No han tenido en cuenta la épica. Dios siempre juega con blancas, y la opinión pública andaluza, harta de ser manipulada y engañada, hizo una lectura perfecta del momento político. Los votantes más comprometidos con la causa socialista, por tradición y herencia sentimental, se quedaron en casa; los otros, los andaluces más comprometidos con su familia y con su nación, buscaron un bandera de su gusto para marcar el territorio. Unos y otros dejaron en franca minoría a sectarios, vividores del pesebre y jóvenes andaluces atolondrados y absurdos.

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¿Qué mapa electoral va a salir de Andalucía?


El adelanto de las elecciones andaluzas en 2012, para torpedear la mayoría absoluta de Rajoy, trajo consigo nuevos hábitos político y un nuevo calendario. En esta ocasión, el nuevo Psoe de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ha querido comprobar si había agua suficiente para tirarse a la piscina. Y todo apunta a que el resultado de las urnas, el próximo domingo, no va a despejar ninguna duda.

La campaña ha sido francamente mala. Una de las peores que se recuerdan en los últimos 40 años. La abstención se va a disparar hasta cotas históricas en Andalucía y va a condicionar el resultado. Son votos de Cs, de Podemos y del Psoe los que se van a quedar en casa. En consecuencia, y en aplicación de los principios de la Ley D’Hondt, son el tercer y el cuarto partido en concurso los que más escaños van a perder.

La mejor campaña la ha hecho VOX, como fuerza emergente. Susana Díaz ha errado el cálculo, pensando el resultado en clave nacional, y ha puesto el foco sobre un pequeño partido que no ha escondido sus banderas. Con una participación por debajo del 55%, Santiago Abascal no necesita muchos más de 300.000 votos para dar la gran sorpresa y conseguir entre 6 y 10 diputados autonómicos.

El voto oculto al PP se disfraza en las encuestas como papeleta a favor de Ciudadanos, pero la lógica indica que quienes apoyaron a la corriente de Albert Rivera no han visto con buenos ojos la traición del 1 de junio. De modo que lo más probable es que consigan 27 o 28 escaños. Por el mismo motivo, pero en sentido inverso, es muy difícil que Susana Díaz baje de los 36 diputados, y el escenario matemático más verosímil es una diferencia entre ambas formaciones de 8 a 9 escaños.

El resto de la ecuación se resuelve con sencillas premisas. ¿Quién perderá más apoyo: Podemos o Ciudadanos? Si Psoe, PP y Vox empatan 73/74 escaños, la mayoría absoluta para hacerse con la Junta de Andalucía quedaría en el aire. CS y Podemos se anularían igualando 18 escaños. Esto es así porque solo uno u otro pueden pactar con el PSOE, no los dos al tiempo.

Las propias encuestas de los periódicos y televisiones afines al Psoe y Podemos evidencian una marcada tendencia a la baja en las proyecciones y una fuerte abstención.La suma del Psoe y Podemos no da el 50% de los votos. El electorado está enojado. El énfasis de algunos medios sobre VOX, con descalificaciones al peso, es un indicio razonable para pensar que conocen lo intuyen la magnitud del voto oculto.

Estas son las dos interpretaciones o quinielas que hacemos, en función del nivel de participación estimado.

  • Participación del 50%

 

 

Formación Porcentaje Escaños
Psoe 30/32% 36/37
PP 24/25% 27/28
CS/Podemos 33/35% 35/36
VOX 7/10% 8/11

 

 

  • Participación del 63%
Formación Porcentaje Escaños
Psoe 33/35% 38/39
PP 22/24% 26/27
CS/Podemos 38/39% 40/42
VOX 4% 1/2

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