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El modelo feudal o la destrucción del amor


No es casualidad que la conocida Paradoja del Tuerto, la formulara Erasmo, un luterano avant la lettre. La lógica que subyace a la Reforma Protestante es la de la Envidia. La economía feudal se basa en un sencillo principio:la destrucción del valor. Todo lo que es gratuito es demasiado caro; lo que no se puede comprar debe ser destruido. La Paradoja del Tuerto es que la ventaja competitiva que exige a cambio de su sacrificio nunca es suficiente. En su infinita sabiduría, Dios hace dichoso al ciego y feliz al ignorante.

La Deflación impuesta en la Unión Monetaria por los Amos del Euro ha destruido la cadena del valor que sirve de substrato para la producción de riqueza. Lo que llaman Economía Digital o Economía Disruptiva es, en realidad, Economía Parasitaria. Donde subsistía rentabilidad, se ha concedido patente para el corso y las rutas comerciales rentables han sido sistemáticamente saqueadas.

No hay más cera que la que arde. El típico urbanita arcoiris, que vota al Psoe y a Podemos, odia a los taxistas y es fan de Uber, Cabify, Amazon y todas esas empresas llenas de colores que le llevan gratis al hamburguesa a casa. Gana 1200 euros al mes y le putea su jefe, pero es el Tuerto que disfruta sabiendo que un ejército de ciegos se juega la vida entre los coches por 2 euros. Cuando el esclavo llama al timbre, implorando una propina con los ojos, su dicha es completa. Hoy una criatura low cost, mañana tal vez un mayordomo. Le dejaban frente al televisor para que no diera guerra, viendo una y otra vez Pretty Woman. Se sabe de memoria la moraleja del cuento: por puta barata que sea, puede ser feliz si un pobre diablo le lleva los nuggets con salsa barbacoa a casa.

El modelo feudal – hacer la pelota a cambio de nada – es una economía de la sumisión que se basa en la renuncia al justiprecio. El esclavo renuncia a la libertad a cambio de una falsa sensación de seguridad. Se hace cómplice, a sabiendas, y asume su condición por un hueco en el pesebre. Cuando encarga algo por Amazon, o pide que un rider le lleve el bocata de chopped, está comprando el pack completo. Su primer contrato premium lo firma con una gota de sangre.

Los que contratan a los mercenarios para que asalten el buque mercante y vacíen sus bodegas llaman libertad de mercado y economía de escala al saqueo y reparto del botín. Si la docena de huevos, que cuesta producir 3 euros para consumo propio, se vende más barata, es por la magia potagia del sistema. Todos los recursos utilizados, todo el ahorro y la inversión, todo el trabajo, todas las comisiones y todos los impuestos desaparecen si se pronuncian las palabras mágicas: ¡libertad de mercado, competencia y economía de escala!

Leyendo lo que gana un rider y las distancias que recorre con su bici para llevar los pedidos, no podía por menos que hacerme cruces. Tengo calculado, desde siempre, lo que me cuesta entrenar y acumular kilómetros para coger algo de forma, y no baja de los los 0,20 céntimos. Un ciclista que aspirar a ser profesional entrena 30.000 km para poder competir con dignidad 5.000, con un coste de 7.000 euros. Sumada la cuota de autónomo y el IVA en proporción, la factura mensual no baja de 1.000 euros. Ni siquiera les llega para el bocadillo de chopped que transportan.
La moraleja del cuento ya la hemos enunciado en una anterior ocasión. La economía parasitaria colapsa cuando fallece el anfitrión. Los conductores de Uber y los Riders de empresas como Deliveroo sostienen la pirámide debajo del agua….mientras aguantan la respiración. Cuando se quieren dar cuenta, han muerto en combate y están desaparecidos: mojados, arruinados y endeudados.

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La Estafa del Euro explicada a un pensionista español


Querido Pensionista:

Empezó a trabajar por necesidad cuando finalizó la guerra civil y acaba de cumplir 95 años. Usted lleva 30 años jubilado. Su historia personal, finalmente dichosa, es la historia de una España que se puso en pie a base de esfuerzo y sacrificio. Era una España en la que no se calculaban las horas trabajadas, porque siempre eran más de la cuenta. La tarea en el campo era dura, pero tenía sus compensaciones: en las fábricas en las que Usted trabajó en Barcelona y Bilbao, el tiempo se hacía interminable. Al final del día, se le acumulaban las horas de los 2 trabajos que encadenaba para sacar su familia adelante y ahorrar algo de dinero. Trabajaba en una panadería por las noches, dormía un poco, y empezaba su turno en la fábrica. Su sueño era montar una pastelería o una cafetería.

Su sueño se hizo realidad a final de los años 70, con la crisis del petróleo. Les despidieron en la fábrica y con el dinero de la indemnización se quedó con el traspaso de un bar en Madrid. Eran 13 años los que le faltaban para poderse jubilar, pero el trabajo no le asustaba. Le fue bien, y llegó a tener en nómina una docena de empleados. Por aquel entonces, ya sabía que su cocinero y sus camareros iban a cobrar una pensión mucho más alta que la suya. En su condición de autónomo, aportaba el 28,8% de una base de cotización comprendida, ya en los años 80, entre las 46.830 y 247.590 pesetas al mes. Calculó que, pagando menos de 200.000 pesetas a la Seguridad Social, las 150.000 horas trabajadas por España le darían derecho a una pensión de poco más de 1 millón de pesetas al año.

El negocio le fue bien enseguida y el asesor fiscal que contrató le explicó cómo optimizar sus futuros ingresos, creando una sociedad y figurando como asalariado por la base de cotización máxima permitida por el convenio sectorial. Pagaría mucho más dinero a la Seguridad Social y a Hacienda unos pocos años, pero luego iba a percibir como pensionista una cuantía tres veces mayor. Tuvo suerte, y el sistema no se reformó antes de 1990. Eran años de levantar la mano, y concederse con facilidad pensiones de invalidez y asistenciales a muchos españoles que apenas habían cotizado

En los últimos 30 años, el número de personas con derecho a pensión en España ha pasado de 6 a 10 millones y el Gasto total se ha multiplicado casi por 5 hasta los 155.000 millones presupuestados para 2019. Es cierto que se reformó la Ley que regula la cotización a la Seguridad Social y ya no se permiten determinadas trampas, pero las pensiones contributivas máximas de los últimos 15 años superan holgadamente los 30.000 euros al año.

La pregunta que los españoles tenemos derecho a formular es la siguiente: ¿Cuando nuestros representantes políticos negociaban con Alemania las condiciones de la futura adhesión de España a la Unión Monetaria tuvieron en cuenta el problema de las pensiones contributiva máximas o pasaron por alto ese insignificante detalle? El Gasto comprometido para el sistema de pensiones públicas en 1998 era inferior a los 8 billones de pesetas, en relación a un PIB real de 89 billones de pesetas. Hoy representa el 13% de un PIB nominal irreal, inflado y manipulado por razones políticas.

Con independencia de cómo se han venido revalorizando las pensiones desde 1990, lo cierto es que Usted tuvo la dicha de vivir en su vejez un periodo de paz social, de bonanza y prosperidad económica. Gracias al feliz y sabio consejo de su asesor fiscal de entonces, Usted ha percibido 40 millones de pesetas brutas hasta 2002 y más de 500.000 euros después, sin contar los intereses.

Pero, a diferencia de Usted, que sobrevivió a una cruel guerra civil y soportó todas las penurias de la posguerra, trabajando duro y sin descanso desde los 14 años para sacar a todo un país adelante, sin regatear ni un minuto de su vida, los nuevos pensionistas del EURO no han acreditado demasiados méritos. De todas las pensiones máximas que se pagan desde hace 15 años ¿cuántas pueden certificar que han contribuido a su país y a las cuentas de la Seguridad Social en una mínima proporción de lo que reciben? Los años 70 y principio de los 80 fueron de dura crisis económica, y sólo unos pocos privilegiados del nuevo régimen político se beneficiaban de altas remuneraciones. El común de los mortales, fuera de Barcelona y Madrid, soportaba altas tasas de paro y sueldos bajos.

De nuevo, a los españoles nos asiste toda la legitimidad del mundo para formular otra pregunta pertinente: ¿Es lícito que un grupo de personas, que no ha contribuido al bienestar de la nación más allá de militar 30 años en el Partido Socialista Obrero Español y demás formaciones nacionalistas minoritarias, se puedan jubilar a partir del año 2003 con pensiones de más de 30.000 euros al año? Los generosos sueldos que Telefónica, Argentaria, Repsol, Seat, Iberdrola o La Caixa pagaban por sinecuras a cambio de lealtad han salido siempre de los impuestos de todos.

Cuando Alemania diseña los mecanismos de la Unión Monetaria, y presiona a sus socios para que abandonen los principios solidarios que hacían de la CEE una organización envidiada por todos, ya tiene meridianamente claro el concepto de Currency Board y sus principales consecuencias políticas. En su inmensa ingenuidad, los Siervos del Euro no dudaban hace unos años en mostrar públicamente su vasalla gratitud hacia Berlín. Luego se volvieron prudentes y taimados, al constatar la progresiva ruina de sus vecinos. A ellos les iba de cine, en medio de la desolación generalizada, y ahora, además, podían comprar más barato.

A nada que se rasque un poco, salen prestos por la izquierda y la derecha a justificar la creación del Euro y a defender las políticas de deflación interna.A los Siervos del Euro que fingen ser marxistas, se les distingue por esa sutil contradicción de pedir subidas de impuestos para blindar el sistema de pensiones públicas en España. ¿Cómo podría alguien de “izquierdas”, partidario de un sistema de reparto, justificar de otro modo el abono generalizado de sumas en euros por las que nunca nadie ha cotizado? La prueba del algodón de la cómplice premeditación del Psoe de Zapatero con el mecanismo del Currency Board ideado por Berlín es la creación misma de la famosa “hucha de las pensiones” para la que el PP de José María Aznar no tuvo que hacerse de rogar. Sin esa “hucha”, la transición de un sistema de pensiones en Pesetas a otro en Euros es imposible.
La “hucha” ha servido para comprar la “lealtad” de un ejército de Siervos y Lacayos con el dinero de los contribuyentes, pero los últimos doblones ya suenan en una caja de caudales vacía. No es casualidad que sea ahora, precisamente, cuando estos marxistas enloquecidos amenazan con asaltar cielos, confiscar bienes, declarar independencias, desenterrar muertos y reformar constituciones.

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Operación BANKIA: Las verdades del barquero De Guindos


“No hay la más mínima duda que la constitución y salida a bolsa de Bankia fueron errores”. El ex ministro de Economía, que declaraba por vídeo conferencia desde la sede del BCE en Fráncfurt, fue tajante en su respuesta a la vaporosa explicación de Fernández Ordóñez. El ex gobernador del Banco de España, que le precedió en el juicio por la salida a bolsa de Bankia, carga las tintas sobre el gobierno de Rajoy, insinuando que había causado el descalabro con su torpe gestión del rescate.

Los políticos aculados tienden a buscar las tablas; intentan convertir cualquier controversia jurídica en un juicio de intenciones que diluya su responsabilidad directa. Acreditar los hechos ciertos es menos difícil que probar su motivación. MAFO no pestañea al afirmar que el Banco de España no impulsó la fusión de CajaMadrid con Bancaja y la constitución y salida a bolsa de Bankia, sino que “lo que hace es no oponerse”. Es una tremenda mentira que desmiente la presión a la que fue sometida José Luis Oliva, el entonces presidente de Bancaja y de un Banco de Valencia en quiebra.

¿Es posible determinar y demostrar las intenciones reales de Zapatero y MAFO en la fusión de Caja Madrid y Bancaja, envuelta con disimulo en una fusión fría con pequeñas cajas castellanas a la que se oponía la Junta de Castilla y León? El exabrupto que soltó Vicente Herrera a micrófono abierto cuando se enteró de la “traición” de Esperanza Aguirre, Ángel Acebes & Cia es tan elocuente como clarificador. Tan solo 9 meses después de crearse Bankia, canta la gallina. El Banco de Valencia, la joya de la corona que codicia La Caixa para su expansión por los Països Catalans, está en quiebra y necesita capitalización urgente. De nuevo, es puro ajedrez.

¿Por qué era tan importante y urgente la SIP previa? La pregunta se contesta sola. La resolución de Basilea III, que estaba al caer, obligaba a elevar notablemente las reservas de capital. Tan solo un mes después, la creación de una entidad como Bankia habría sido inviable y más difícil rescatar y recapitalizar el Banco de Valencia con fondos públicos. La alternativa a esos planes habría sido la comentada fusión de Caja Madrid y de La Caixa. Sobre las razones por las que se frustró dicha fusión y por las que Fainé cambió de parecer, ha corrido mucha tinta, pero las hemerotecas siguen siendo, a toro pasado, una fuente inagotable de información de calidad.

La salida a bolsa de Bankia, que hoy se juzga, no fue un error. Fue, dicho de un modo coloquial, una gran cagada. Las propias mentiras de MAFO en su declaración del pasado lunes tienen las patas muy cortas. Afirma que había otras 2 opciones para Bankia, y que el Banco de España no intervino en la decisión, pero ¿qué sentido político tenía fusionar entidades públicas como las cajas de ahorro para constituir un banco y luego nacionalizarlo? ¿Qué sentido económico tenía fusionar pequeñas entidades deficitarias para luego regarlas a un grupo inversor que pusiera capital? Desde el sentido común, las alternativas eran un disparate aún mayor que una esperpéntica colocación en bolsa que sólo ya sólo buscaba ganar tiempo.

Hemos analizado en su día la intención real del Gobierno y el Banco de España con la Operación Bankia. Con la creación de las SIP (Sistema Instititucional de Protección), ese “ingenioso” mecanismo de “fusiones frías” para mutualizar los pufos en la gestión de las cajas, Zapatero y MAFO no solo buscaban proteger su retaguardia política, sino que obedecen las consignas de la Canciller Ángela Merkel y de su poderoso Ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, hostiles a que siga existiendo un Sistema de Cajas de Ahorro en Italia y en España. La crisis financiera provocada en 2007 y 2008 es un magnífico pretexto para impulsar las reformas de Basilea III y la creación de una Unión Bancaria supervisada desde Alemania. Para imponer la famosa regla Bail In, y liquidar las cajas, el primer paso es crear y acreditar el agujero financiero.

Me ha sorprendido la poca capacidad y el nulo interés que han tenido las defensas en el juicio por hacer las preguntas pertinentes, tanto al ex Gobernador del Banco de España como al ex Ministro de Economía, toda vez que ambos reconocen como cierta las presiones desde Bruselas, Berlín y Washington por “forzar” la intervención de España nada más constituirse el Gobierno de Mariano Rajoy. Utilizan las dudas sobre la solvencia del sistema financiero español, cuestionando la fiabilidad de su contabilidad, como ariete.

Nadie le ha preguntado en el juicio a Luis De Guindos porque cambió su estrategia a las pocas semanas de hacerse cargo de la cartera ministerial y aceptó el rescate que le pedía el FMI. No solo interviene Bankia “ante los avisos del Banco de España y del Fondo Monetario Internacional (FMI), porque había mucha alarma” y porque “España estaba al borde del abismo” sino que cambia el paso. Reconoce que es una entidad financiera sistémica, que precisa un rescate mucho mayor del que han calculado los expertos internacionales y solicita una ayuda de 100.000 millones de euros al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. No es que España la necesitara realmente, pero De Guindos bajó por la noche a beber el agua encantada del pozo. Por la mañana, el grito de la Prensa internacional fue unánime: el sistema financiero de España había recobrado toda su solvencia.

Luis De Guindos les pasó la mano por el lomo y les entregó Bankia. Mejor dicho: les prometió la privatización de Bankia, tras sanearla y capitalizarla con los fondos del rescate. Fue una jugada maestra, de gran belleza. El premio no fue mayor porque tuvo que entregar una pieza importante al rival. La cabeza de Rodrigo Rato en una bandeja, y la intervención de España. La izquierda y el lobby catalán se lanzaron a capitalizar la quiebra del “Banco de Madrid” y la estafa del PP a miles de clientes y depositantes desvalidos. Y de propina, La Caixa se quedó con el Banco de Valencia, envuelto en papel de regalo.

Fue el alto precio que el PP tuvo que pagar por salvar una pelota de partido. Mi opinión al respecto no ha cambiado. El partido político que dirigía Rajoy en la Oposición no vio venir la celada que le habían preparado. La habilidad y astucia política del Ministro de Economía evitaron lo peor. Luis de Guindos salvaría otro punto de partido en 2016, evitando la liquidación del Banco Popular, pero al final el Rey en el tablero quedó tocado y expuesto. La Operación Bankia culminó el 1 de junio de 2018 con la Moción de Censura.

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Los Siervos del Euro


La Reforma Feudal de la Constitución Española que promueven los Siervos del Euro apunta, por momentos, a viejos planteamientos retóricos de la Federación Anarquista Ibérica (FAI). España y Portugal constituyen una misma unidad regional de esa Europa sin fronteras redimida por Alemania. Me llama la atención que toda una generación de españoles nacida después de 1982 y adoctrinada por el PSOE crea a pie juntillas que el EURO salvó a España de continuas devaluaciones y suspensiones de pagos. Podría ser lógico. Tenía 10 años en 1992 y no era consciente de las circunstancias monetarias provocadas por Alemania y que sacaron a la Libra británica de la Serpiente Monetaria y forzaron el reajuste del resto de divisas. Aunque tuvo el tiempo de formarse, y conocer la realidad de su tiempo, no lo hizo y hoy sigue  creyendo que atan los perros con salchichas de Francfort.

Por puro azar, recuerdo con claridad el valor que tenían las cosas en 1978.  Había ganado 2.000 francos belgas con pequeños trabajos de estudiante y ahora tenía 5.000 pesetas en el bolsillo para todo el verano.  Como no salíamos de los bares, no es difícil averiguar en qué dilapidé mi pequeño capital. Unos adolescentes actuales, que no salieran del bar todo el verano, pegados al Flipper, se dejarían más de 1.000 euros en la barra. Equivale a una usura anual o inflación compuesta cercana al 9 %.

A mediados de los años 90, cuando el PSOE es derrotado por primera vez, 5.000 pesetas en el bolsillo ya no daban para pasar el verano, pero si alcanzaba para salir todo el fin de semana de marcha y regresar a casa con algo de dinero en el bolsillo. No es una leyenda urbana: Cualquier persona nacida en los años 60 y 70, recuerda con claridad la fuerte crisis del 93 y 94 y lo que cundían las “pelas” los fines de semana.

La verdadera devaluación de la moneda, en España, se ha producido ya con euros en el bolsillo. Es difícil cuantificar la usura padecida en los últimos 20 años, porque ya nadie hace la Ruta del Bacalao. De viernes a domingo, el destino más barato no baja hoy de los 300 euros. Es una inflación compuesta que supera el 12% anual. Pero dado que la moneda no se puede ajustar y equilibrar, la devaluación afecta exclusivamente a los salarios y al poder adquisitivo de aquellos segmentos de la población cuyos ingresos no proceden de los Presupuestos Generales del Estado. Pura deflación en vena que evidencia que el Estado Nación se ha resquebrajado. Alemania y sus satélites pueden ganar tiempo,  subvencionando a los Siervos del Euro para que mantengan una estructura económica bananera en los países del Sur, pero no podrán evitar el colapso del Estado. El PSOE ha triplicado el gasto en pensiones, hasta los 155.000 millones de euros. Es el doble que lo que recauda España por IRPF, y tres veces el IVA.

No hace falta ser Doctor en Economía para verle la guasa a la retórica que gastan los Millenials de la Generación Zoquete en su defensa del Euro y de la disciplina germánica. Será dentro de la Unión Monetaria, y con el Euro como moneda de curso legal, cuando la nación española experimente probablemente su primera Suspensión de Pagos. Con la Deuda Pública y Corporativa actual, España no soportaría una simple subida de los tipos de interés al 5%.  Pero en lugar de protestar y rebelarse, sólo piden que les garanticen su chute diario.
(c) Belge