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La estafa del Euro explicada a una turista suiza


Los suizos no forman parte de la Unión Europea, ni tampoco de la Unión Monetaria. Tienen fama de neutrales,  pero por alguna razón misteriosa han tomado partido por los Acreedores del Norte de Europa frente a los Deudores del Sur. Su visión profunda de España la conforma la típica colección de tópicos poco elaborados. Somos derrochadores, poco trabajadores y todo lo que disfrutan en España se debe al generoso maná de los Fondos Europeos.  La Península Ibérica surgió del mar mediterráneo en 1986, con la firma del Tratado de Adhesión a la CEE.

El calvinismo es una doctrina patriarcal que ha causado estragos en la psicología evolutiva de las mujeres. Cuando viajan a España o Italia sufren un marcado trastorno de personalidad

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La estafa del Euro explicada a un matemático


¿Se manipuló la Contabilidad Nacional en España para forzar la adhesión de nuestro país a la Unión Monetaria? La pregunta no es retórica: surge al comparar las series estadísticas que aparecen en anuarios y publicaciones académicas con las cifras macro económicos que se pueden consultar en distintas bases de datos en Internet. ¿Por qué motivo no son congruentes?  Para muestra un botón: los 82.650.263 millones de pesetas que anota Fernando Carrasco para el PIB de 1998 en su estudio sobre Consumo y Precios  pasan a ser 554.024 millones de euros (92.181.837 millones de pesetas) para la excelente web datosmacro.com.

El PIB de España se multiplica por tres desde que se implementa el Plan de estabilización de 1959 hasta 1968  (de 665.236 a 2.079.630 millones de pesetas).  Es un periodo de fuerte crecimiento, con una inflación de dos dígitos.  Entre 1969 y 1978, con mayor inflación,  el PIB se multiplica 5,42 hasta los 11.284.995 millones de pesetas.

Con la aprobación de la Constitución y los Pactos de La Moncloa, el PIB de la economía española se incrementa cada año en unos 3 billones de pesetas, hasta alcanzar los 40.158.739 millones de pesetas en 1988. Ese ritmo se incrementa de media hasta los 4 billones anuales en la siguiente década. En 1998, el PIB de España suma  los 82.650.263 millones de pesetas mencionados antes.

En 1998, se aprueba definitivamente la paridad fija con la que España entrará a formar parte de la Unión Monetaria. 166,386 pesetas por euro.  A partir de ese mismo momento, empiezan a ocurrir muchas cosas en España, tanto en el ámbito institucional como en su economía y contabilidad.  Y en 2008, la citada web reporta que el PIB de España alcanzaba 1.116.225 millones de euros (185.724.213 millones de pesetas).

Raro es, por ejemplo, que entre 1999 y 2008 España incrementara su PIB en más de 103.000.000 millones de pesetas con una inflación inferior al 3% anual, una tasa históricamente baja que no se había experimentado en España desde las primeras décadas del siglo XX.  El PIB de España se incrementa cada año en 10 billones de pesetas.  ¿Qué ocurre en 1999 en la economía española para que su crecimiento se duplique?

Raro, pero no menos que lo que ocurre en la legislatura 2008/2011.  Si entre 1998 y 2008, un 40% de crecimiento oficial logra duplicar el PIB, el colapso mundial que provoca la crisis subrime y la fuerte recesión en nuestro país solo le resta 46.000 millones de euros al PIB de España. Finaliza 2011 en unos milagrosos 1070449 millones de euros.

PIB 1898-2017

Periodo Variación del PIB a precios de mercado Incremento anual del PIB a precios mercado
2014 – 2017 3,4% + 4 billones
1898 – 1920 2,05%
1921 – 1935 2, 62%
1936 – 1950 0,52%
1951 – 1959 5,82% + 0,03 billones
1960 – 1975 6,13% + 0,3 billones
1976 – 1985 1,62% + 2 billones
1986 – 1998 3,37% + 4 billones
1999 – 2008 3,77 % + 11 billones
2008 – 2013 – 2,1% – 3 billones

Series Históricas Españolas 1898 a 1998 de Julio Alcaide Inchausti

Como se aprecia en la serie histórica de Alcaide, publicada en el año 2000, antes de la conversión al Euro, las cifras y magnitudes difieren y revelan que se produce una anomalía entre 1999 y 2008 coincidiendo con la puesta en marcha de la Unión Monetaria. Podemos entender la actualización de los precios de productos y servicios, incluidos los impuestos, pero no es posible sostener que se incrementara la masa salarial en esas mismas proporciones.

Recordemos que el PIB es el valor monetario de los bienes y servicios producidos en un país en un periodo determinado, y se puede expresar como la suma del Consumo de las Familias, el Consumo de las Administraciones, la formación neta de Capital  y la diferencia entre Exportaciones e Importaciones. Y si por algo se caracterizó el periodo 2001-2008 es por el disparatado crecimiento del déficit comercial, que llegó a restar casi 100.000 millones de euros por año.  Sube con fuerza la presión fiscal, cae el ahorro nacional y la economía española se apalanca a crédito para sostener el Gasto en euros.

En 2007 y 2008, como hemos explicado tantas veces, la suma de los impuestos que pagan las familias y empresas españolas (entre 70 y 75 billones de pesetas) compromete una proporción del 83%  del PIB consolidado a finales del siglo XX.  Esto significa que, dependiendo de como le haya ido a cada individuo en la Feria del Euro, y de la peculiar evolución de su estructura de Gastos y de Ingresos, la presión fiscal que padece puede situarse muy por encima de la media oficial.  Eso significa también que, durante ese periodo de desbarajuste contable,  el peso del Gasto Público recayó sobre una parte de la sociedad que no coincide necesariamente con aquellos estratos o regiones que se beneficiaron de un extraordinario incremento de sus ingresos recurrentes y beneficios.

Esa situación, manejada por Zapatero y sus aliados de ERC, se tradujo en un considerable incremento del Déficit Público Real, por encima del 15% del Gasto, con el objetivo nada inocente de mantener la “ilusión contable”.   Es lo que definimos en su día como proceso de transferencias encubiertas.  Entre 1999 y 2008, engordaron el PIB en cerca de 60 billones de pesetas y, a resultas de ello, una región como Cataluña, que representa el 20% PIB, pasó a recibir el 20% del Gasto Público Real, compuesto por Gasto Público Presupuestado y la Deuda Pública Diferida.  Una diferencia de hasta 600.000 millones de euros en 8 años.

El principal corolario de este análisis es que España habrá superado definitivamente la crisis provocada por la entrada en la Unión Monetaria Alemana en el año 2020, pero no sin secuelas políticas, económicas y psicológicas. La principal de ella es, sin ninguna duda,  la gran fractura social que ha originado tanta codicia y engaño mal disimulados. Tardará una generación entera en cicatrizar.

(c) Belge

¿ A quién le interesa provocar la quiebra del Banco Popular?


En la crisis actual que está soportando el Banco Popular,  es importante entender las perversas razones que impulsan a algunos lobbies de Barcelona a promover la quiebra y liquidación de la única entidad financiera española que no se ha beneficiado de ninguna ayuda directa ni indirecta. Provoca cierto sonrojo intelectual leer a analistas, políticos y periodistas catalanes y valencianos cuando se ponen estupendos y se oponen a cualquier tipo de rescate con un mínimo coste para los contribuyentes. Solo falta que nos hablen de riesgo moral y de las esencias liberales del mercado los mismos personajes que aplaudían con las orejas que se rescatara con 60.000 millones de euros de dinero público el corrupto sistema financiero catalán y con más de 40.000 millones las politizadas cajas de ahorro valencianas.

El Fondo de Reptiles es una expresión acuñada en su día por el poderoso Bismark para referirse al soborno de la Prensa y a la compra de periodistas.  La anécdota histórica es tan reveladora como divertida. En España, dicho Fondo siempre ha estado muy bien dotado, pero nunca tanto como en la actualidad.  El lobby catalán ha invertido mucho dinero para intentar “crear opinión” y provocar un cierto clima de “alarma” que deje al Banco Popular al pie de los caballos.

Como ocurre con el argumentario que los partidos políticos distribuyen habitualmente a sus periodistas y militantes,  los artículos que se han publicado en las últimas semanas siguen un mismo guión retórico.  El Banco Popular tiene una cartera inmobiliaria problemática, la compra del Banco Popular por parte de Santander o BBVA es un mal negocio que penaliza sus acciones, la fusión natural de Bankia y de Banco Popular sería poco menos que un intolerable rescate público que restaría valor a su privatización (apréciese la sublime contradicción), lo mejor para el mercado es que accionistas, bonistas y depositantes del Banco Popular pierdan sus ahorros, el Banco Popular no es un banco sistémico y no pasaría nada si quiebra.

En ese tipo de análisis patrocinado solo falta el verdadero motivo por el que intentan quemar el bosque: hacer desaparecer los rastros, las huellas y las posibles evidencias de una gestión frívola y arriesgada.  Siempre que un inversor compra, hay otro que vende, y uno de los dos se equivoca.  Es la regla de oro de la teoría del mercado eficiente.  La generosa contrapartida de bancos y cajas en el mercado desde el año 2006 deja un saldo de inversores y empresarios ganadores ( los que vendieron y consiguieron generosos préstamos) y un reguero de pymes, pequeños ahorradores y depositantes perdedores.  Pero lo que es obvio y notorio hoy, asumido por todos,  ya era conocido por unos pocos expertos y analistas del sector en el año 2003.  E incluso antes. En sus escritos de prensa, el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, ya mostraba toda su preocupación.

En el año 2003, quién firma este artículo ya publicó varios análisis sobre el gran riesgo que entrañaba la expansión de los balances.  Entendía, desde el más puro y lego sentido común, que las Nuevas Normas Contables Internacionales propiciaban la venta indirecta de activos dudosos y comprometidos a los bancos y cajas menos vigilantes o escrupulosos.  Yo entendía en 2003, que cualquier empresario con un local comercial revalorizado y un balance un poco aseado podía “asegurar” una buena venta de su negocio por el sencillo procedimiento de pedir generosos préstamos o líneas de crédito con el pretexto de “crecer” y “expandir” el negocio.

Hubo muchas presiones políticas desde Berlín y Bruselas para levantar la mano en la gestión del riesgo, y que fluyera el crédito “a valor de mercado”.  Y no solo fuera de nuestras fronteras. En España, el incipiente debate social sobre el apetito inmobiliario de los particulares sirvió para ocultar la frívola y dudosa gestión del riesgo en las politizadas Cajas de Ahorro. No es ninguna casualidad que ese mismo debate existiera en el seno del muy conservador y riguroso Consejo de Administración del Banco Popular y que los partidarios de “expandir los balances” estuvieran locos por “echar” a Luis Valls Taberner.  Tampoco lo es que ahora quieran promover la quiebra que borre las pruebas que pudieran delatarles.

 

P.D (12/06/2017  Entrevista a Angel Ron.  http://www.abc.es/economia/abci-banco-popular-sido-solvente-hasta-ultimo-201706112241_noticia.html   Habla con toda la claridad posible)

El fraude del Líbor y del Euribor


Corría el año 2005, y se reunieron los responsables de la FED, del BoJ (Banco Central de Japón), del BCE, del Bundesbank y del Banco de Inglaterra. Fue un encuentro discreto, el 16 de mayo, del que algún medio especializado consiguió dar noticia una semana después. Por las declaraciones previas de los protagonistas, y los planteamientos de Bernanke y Trichet, quedó confirmado que acordaron una estrategia para subir los tipos de interés. También se fue conociendo a lo largo de 2006, por las reprimendas y reproches velados a los responsables del BoJ, que los japoneses se resistieron a cumplir lo acordado y no subieron el precio del dinero.

Los Gestores de Fondos y Planes de Pensión de la Industria Fiduciaria respetaban el liderazgo de Alan Greenspan y seguían sus indicaciones de política monetaria, pero no acaban de entender la política monetaria de Ben Bernanke.  A lo largo de 2006, los más avispados o prudentes se fueron descolgando con gran sigilo, conscientes de que en algún momento y con cualquier pretexto llegaría la desbandada.

Que todo el mundo era más o menos consciente, en agosto de 2006, del momento en los mercados lo demuestra el hecho que el diferencial entre el bono español de referencia y el Bund empezó a crecer tras más de una década estable entre 0 y 20 puntos básicos. En pocos meses, se situó en cerca de 100 P.B  y me tocó intentar explicarle a Luis Aparicio, Redactor Jefe de Invertia, lo que estaba ocurriendo. Recuerdo aquella conversación telefónica como si fuera ayer. Luis Aparicio no entendía (y sigue sin entender) porqué empeoraban las condiciones de financiación de España, con pleno empleo y superávit fiscal, mientras mejoraban las de Alemania (y Reino Unido) con fuerte déficit, tasas de paro al alza, endeudamiento desbocado y un sistema financiero maltrecho.

Intenté explicar, sin éxito, como Alemania estaba dinamitando poco a poco el sistema interbancario en Europa, con la finalidad obvia de obligar a todos los bancos con excesos de tesorería a encauzar su  liquidez a través del BCE que el Bundesbank controlaba. Para ello, nada mejor que sembrar cizaña y esperar la temprana cosecha. En muy poco tiempo, las dudas sobre la solvencia de los bancos y las sospechas de malas prácticas contables consiguieron alimentar la espiral proteccionista. Los bancos privados dejaron de fiarse unos de otros, y ante la duda acudieron en masa a las ventanillas del BCE. Cualquier estudioso del tema puede buscar los datos (o en su defecto las declaraciones de Pedro Solbes) correspondientes a 2006 y 2007 y comprobar que los bancos franceses y alemanes superaban el 50% de todos los préstamos del BCE. Se dice pronto.

La conspiración – con todas las letras – para manipular el Líbor y el Euribor es una consecuencia directa de la anterior estrategia y tenía una doble finalidad.  Nada más empezar 2007, con el estallido de la crisis subprime, la prioridad de los grandes bancos alemanes, suizos, británicos, holandeses y franceses es mantener bajo control su coste de financiación. Una subida de los tipos, por las dudas sobre su mala praxis financiera, arruinaría su sistema financiero y quebraría unas economías apalancadas y muy endeudadas.

La segunda finalidad o propósito que tenía la manipulación del Líbor y del Euribor en el mercado interbancario, al margen de reforzar el monopolio del BCE,  era evitar que la banca básicamente comercial de países como España e Italia pudiera servir de “refugio” frente a los excesos de la banca de inversión de estos países.  En muy pocos meses, las agencias crediticias de EEUU y la prensa anglosajona hicieron muy popular en la Opinión Pública el nuevo concepto de “prima de riesgo”.   Y así, a pesar de un cuadro macroeconómico envidiable, el diferencial del Bono a 10 años con el BUND se disparó por encima de los 200 PB a la vuelta del verano de 2007, mientras Zapatero y sus aliados catalanistas se negaban, por razones electoralistas, a reconocer la crisis y a defender España de los ataques.

La estrategia de manipular el Líbor y el Euribor funcionó mejor de lo esperado y consiguió drenar – según datos de la OCDE y del FMI – más de 500.000 millones de euros de Italia y España. Se empezó a poner de moda entre inversores y ahorradores españoles e italianos  “buscar refugio” para sus dineros en los bancos alemanes, suizos, y en el mercado inmobiliario británico.

La manipulación del Líbor y del Euribor, que ahora Bruselas intenta blanquear con multas ridículas y ofensivas, buscaron en todo momento alimentar miedos y suspicacias. Fue una estrategia proteccionista premeditada por los “acreedores” en detrimento de los países del Sur, a los que motejaron deliberadamente como PIGS. Ya había observado y denunciado, a finales de 2005, que los periódicos financieros en Alemania y en Reino Unido habían iniciado una campaña para denigrar la imagen de los países católicos del Sur de Europa, utilizando reminiscencias religiosas y viejas imágenes.

La estrategia de Bruselas, Alemania y del BCE para blanquear el fraude es políticamente muy hábil.  Buscan presentar a los bancos y banqueros como codiciosos que manipularon los índices de referencia “al alza” para cobrarle más dinero a los indefensos ciudadanos.  De ese modo, matan dos pájaros de un tiro: le ocultan a los urbanitas los verdaderos motivos de trucar a la baja el líbor y el euríbor, y le regalan bazas a la gentuza populista que ellos financian en secreto para que sigan saboteando nuestro propio sistema financiero.

(c) Belge. 8/12/2016